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Ciudad de México.- Según información que publica Sin Embargo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2020, 156 niños y 122 niñas (278) de 10 a 14 años se suicidaron, esto frente a los 92 que murieron por coronavirus.
El Inegi reporta que la cifra de suicidios aumentó 37% respecto a 2019, al grado de ser la tercera causa de muerte en este grupo de edad, sólo debajo de tumores malignos (494) y accidentes (523).
El SARS-CoV-2 es la novena razón de la mortalidad, revela, “aunque la tendencia podría cambiar este 2021 por la variante Delta y el aumento de contagios entre menores de edad registrado estos meses”, escribe el diario.
“Considerando al total de niños, niñas y adolescentes, en ese primer año de pandemia, mil 150 menores de edad se suicidaron, una cifra histórica que representa el 14.5% de los 7 mil 896 suicidios registrados, de todas las edades, en el país”, publica Sin Embargo.
Lo anterior, incluso fue destacado por la Secretaría de Gobernación (Segob) al dar a conocer el impacto físico, social y psicológico del confinamiento en los menores mexicanos, razón por la que el Gobierno federal decidió retomar las clases presenciales el lunes 30 de agosto, pese a la tercera ola de contagios.
El diario continúa: “Del 70% de niñas, niños y adolescentes que afirmó querer regresar a la escuela, el 22% dijo que es para salirse de casa, mostró una consulta realizada por la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCDMX) a más de 41 mil menores a nivel nacional. Aunque al 28% le preocupa contagiarse, a otro 28% lo que lo inquieta es que vuelvan a cerrar el colegio”.
“El malestar, estrés, ansiedad y frustración, acompañado de pocas habilidades para manejarlo, puede ser un factor de riesgo que esté vinculado con el comportamiento suicida que incluye tanto la idealización como pensamientos frecuentes de dejar de sentirse mal emocionalmente e intentarlo”, dijo la psicóloga de la UNAM, Paulina Arenas.
La académica precisó que tales emociones surgieron en los niños, niñas y adolescentes al enfrentarse “a una situación desconocida que implicó, en la etapa de mayor interacción social, dejar de estar con su grupo de pares y vivir en casa una dinámica con horarios y convivencia diferentes”.
Por su parte, el psicólogo y académico de la Universidad Iberoamericana, Óscar Galicia, subrayó que el suicidio no es resultado sólo de la falta de clases sin interacción social, “sino que es la culminación de una serie de factores que influyen y se van desarrollando a lo largo del tiempo”.
Ante ello, planteó que el estrés se contiene a la par de los diversos problemas como violencia familiar y ausencia de redes de apoyo que no se van resolviendo, lo que provoca una crisis que se desborda.
“La persona tiene la impresión de que ya no sólo tiene capacidad sino que ya ‘no hay otra solución’ y cree que el único remedio es irse. Para llegar a esa conclusión los mecanismos de toma de decisiones y emocionales han sido superados”, detalló.
El representante en México de Unicef, Fernando Carrera, dio a conocer que mil millones de niños y niñas vuelven a las clases presenciales en todo el mundo, 750 millones están a punto, pero todavía 150 millones de menores no lo han hecho en 19 países, de los cuales, 37 millones son mexicanos.
“Necesitamos recuperar la salud mental para los niños y niñas. Han sufrido muchísimo en este periodo”, dijo en coincidencia con la Secretaria de Educación, Delfina Gómez. “Antes de empezar incluso en recuperación de los aprendizajes, necesitamos normalizar la afectividad de los niños para que vuelvan a sentirse seguros, protegidos y amados”.
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