Metapolítica
Morelia, Michoacán.- Las secuelas de la pandemia de coronavirus llevarán años en desaparecer en Latinoamérica y el Caribe, y la región perderá otra década si no implementa de manera urgente reformas que impulsen el crecimiento y reduzcan las tensiones sociales, advirtió el miércoles el Banco Mundial.
“Ahora más que nunca, es necesario recuperar un crecimiento dinámico, inclusivo y sostenible para reparar tanto el legado de la pandemia como necesidades sociales persistentes”, consideró el banco en su informe “Recobrar el crecimiento: Reconstruyendo economías dinámicas pos-COVID con restricciones presupuestarias”.
El reporte económico fue difundido en momentos en que la región continúa siendo el epicentro mundial de la pandemia, en medio de persistentes críticas de los gobiernos y de la Organización Panamericana de la Salud por la falta de acceso equitativo a las vacunas.
Alentado por la aceleración de la vacunación contra el COVID-19 y la disminución de las muertes, el crecimiento económico regional podría ser del 6,3% en 2021, pero no alcanzaría para revertir completamente la contracción del 6,7% del 2020, dijo el Banco Mundial en su informe de medio año.
Teniendo en cuenta la vigorosa recuperación de los principales socios económicos de la región, las bajas tasas pasivas de interés mundial y las buenas perspectivas para los productos primarios, era de esperar que las tasas de crecimiento fueron un 1,5% más altas, explicó la institución financiera con sede en Washington.
Destacó también que las previsiones de crecimiento económico caen por debajo del 3% para 2022 y 2023.
Aunque no del todo positivas, las previsiones del BM son mejores que las de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL), que recientemente actualizó sus proyecciones de crecimiento regional de este año a 5,9%, con una desaceleración al 2,9% en 2022.
En su informe, el BM asegura que “la crisis de COVID-19 se sumó a otra ‘década perdida’ de bajo crecimiento, lo que sugiere problemas estructurales más profundos”.
Economistas coinciden en que los problemas estructurales, que se profundizaron aún más con la pandemia, han limitado por décadas el crecimiento económico de la región.
Antes del COVID-19 Latinoamérica venía ya con una trayectoria hacia el estancamiento: entre 2014 y 2019 creció a una tasa promedio del 0,3%, menor al promedio del 0,9% registrado en los años de la Primera Guerra Mundial, y al del 1,3% de la Gran Depresión, de acuerdo con CEPAL.
En 2019 el crecimiento fue de sólo un 0,8% y cayó a un 6,7% en 2020, según el BM.
El banco asegura que la región debe implementar “de manera urgente reformas muy postergadas aunque viables” en los sectores de la infraestructura, salud, educación, política energética e innovación, y además encarar los desafíos del cambio climático.
Con información de AP