Por Héctor Tapia
Foro Nuevo Sol en Michoacán ha entrado en una fase acelerada de descomposición, que no recomposición, interna.
Dicen que a río revuelto, ganancia de pescadores, y frente a esto otras expresiones internas del perredismo, incluso nacional, están mirando cómo se desgarran los foristas para “rescatar” o adherir a los damnificados de una guerra intestina que no se vislumbra si habrá de concluir pronto, y algunos están ya en fase de mejor declinar a pertenecer a su expresión y explorar posibilidades políticas en otras, en aras no de abandonar el partido sino de buscar recomponer la etapa que viven como partido desde otras expresiones.
Para entender esto hay que dejar de ver sólo a Michoacán, o considerar que es el centro de todo, y es a partir de esto que los pesos y contrapesos nacionales podrían incidir en ciertas reconfiguraciones que se darían.
En gran medida, a toro pasado, si se leen las determinaciones que han tomado los actores que han tenido el control y acaparamiento de esta expresión y sus facciones internas, llegando a posturas voraces, se puede inferir fácilmente que Foro Nuevo Sol ha sido en gran medida la responsable de la debacle del partido en Michoacán desde hace varios años, llevando al partido a su fase más crítica.
El empecinamiento por tener el absoluto control interno de personajes como el senador Antonio García Conejo, o el ex dirigente y ex secretario de seguridad pública Juan Bernardo Corona Martínez, o el mismo fiscal Adrián López Solís, pasando por el ex dirigente estatal Víctor Manríquez, reflejado en el interés por controlar la estructura del partido en el estado, ha llevado al partido a la inoperancia e inmovilidad.
Esto ha llevado a intensos pleitos internos y amagos por el control de lo que queda de un partido que fue la primera fuerza política del estado y que ahora se encuentra en la cuarta posición, y a pique.
Las figuras arriba referidas, por su necedad, han cerrado el paso a perfiles distintos, frescos, para la reconstrucción del partido; orillando a muchos a renunciar a sus militancias, y a otros a buscar distancia para replantear sus rutas respectivas desde otras trincheras internas.
La primera gran migración hacia afuera, producto de las posiciones cerradas de Foro Nuevo Sol, que tiene el control del partido en Michoacán, fundamentalmente el ala identificada con García Conejo, fue la de una gran parte de Alternativa Democrática Nacional (ADN), cuando Carlos Torres Piña tenía el liderazgo de esta expresión interna, y que terminaron migrando en el 2019 a Morena; aunque muchos otros se quedaron en el partido, resultaron mermados frente a otras expresiones o tribus, aquí Víctor Manríquez fue el “heredero” de facto de lo que quedó de los adeneístas.
Después de eso vinieron varios perfiles que fueron separándose paulatinamente del partido, y otros reagrupándose en otras expresiones; aquí la expresión de Adrián López Solís aprovechó lo movido de las aguas y fue “reconquistando” a perredistas para que no se salieran, y se sumaran a él.
Todo esto llevó a que se endureciera poco a poco la batalla interna, desde las candidaturas en el proceso electoral pasado, y ahora por el control del partido en el estado, ahora con la resaca por haber perdido no solo las elecciones, sino también por no tener de donde financiar la operación política de recomposición.
Ante esto, perfiles como Marvin Toledo, quien llegó a ser secretario de la dirigencia estatal, decidió migrar a Movimiento Ciudadano recientemente, desde donde pretende dar un viraje a su carrera política. Pero no fue el único que renunció, hubo otros que también han hecho lo propio en las últimas semanas.
Con todo esto, hay algunos que su opción no es salirse del partido, sino –ante la cerrazón y disputa interna de los líderes foristas- están mirando a otras expresiones, o los están invitando a sumarse a otras de ellas.
Uno de estos casos es el de Antonio Martínez Soto, quien, se rumora al interior del partido, valora integrarse mejor a la expresión de Vanguardia Progresista, y otros podrían acompañarlo, esto a partir del trato que ha referido tener por parte del ala forista liderada por el Senador.
Hay otros foristas que están coqueteando con la posibilidad de sumarse a lo que queda de la expresión de ADN, que ahora encabeza Víctor Manríquez.
Lo mismo pasa, según se rumora, con Estefany Santiago Fernández, forista formada bajo la tutela del finado perredista Pascual Sigala, y que llegó a la dirigencia nacional, lejos de encontrar el respaldo de su expresión en Michoacán, por estar inmersos en la disputa interna por el control de lo que queda, poco a poco ha sido respaldada por Nueva Izquierda, confiriéndole responsabilidades de representación política en varias entidades federativas.
Por ello, en la estrategia nacional, dados los elementos, sería lógico que Nueva Izquierda, expresión que si bien en Michoacán es una fuerza interna un tanto disminuida, por ahora, apostara por ir reclutando a perfiles novedosos que le permitan ganar terreno en el estado; esto mientras los foristas “se hacen pedazos” en Michoacán, todo por no encontrar acuerdos.
Incluso, si vemos más allá, la expresión que más debilitó al Silvanismo en la última época no fue Nueva Izquierda, sino el mismo Foro Nuevo Sol, con las disputas internas y la falta de disposición a ceder; de hecho Nueva Izquierda quien tiene el control más de la mitad del perredismo que queda a nivel nacional, estuvo respaldando al ahora ex gobernador michoacano, con quien se ha identificado a Santiago Fernández.
Todavía hay muchos eventos que están por darse al interior del partido; e, insisto, no hay que ver sólo a Michoacán, sino hay que ver al estado como parte de un todo, como parte de lo que sucede o sucederá a nivel nacional con este partido, y, ante esto, hay en puerta un Congreso Nacional. Frente a este panorama, si siguen como van, Foro Nuevo Sol estará por perder más de lo que pudo ganar.
