Arturo Hernández
“¡Bienaventuradas tortugas! Parecen tener más defensores que algunos niños no nacidos”, bien lo decía el célebre humanista Carlos Castillo Peraza, quien siempre levantó la voz por mantener los valores del humanismo en nuestra sociedad.
La realidad es indiscutible y es que nuestro estado, de manera consciente y culturalmente, se distingue por un espíritu humanista que defiende el derecho a la vida de manera firme.
Cabe señalar que hemos sido testigos en los últimos años de los movimientos sociales que defienden los derechos de las mujeres, pero estos derechos no pueden, sobre uno que se pondera superior, que es el derecho a la vida. Entiendo, reconozco y comparto el sentir referente a que las mujeres han sufrido desigualdad, violencia, discriminación, y hoy es momento de las mujeres. Prueba de ello es que vemos un sinnúmero de leyes que velan por mejorar sus condiciones y también mejorar condiciones de vida he igualdad. Y eso lo apoyo, lo defiendo y me sumo a esta parte de su justa causa, pero no podemos confundirnos, ni minimizarlo con el derecho del no nacido.
Han surgido grandes debates para establecer desde cuándo se considera un ser vivo, como si el ser que ya se ha iniciado a formar se pusiera en duda de lo que va ser. Regresando a lo citado por Carlos Castillo Peraza, “al parecer nadie duda de que esos huevos fecundados serán en efecto tortugas. Si supusieran que de ellos saldrán perros o caballos no habría tal actividad de protección. No he sabido hasta la fecha de debate alguno en torno a la “tortuguidad” de esos productos, ni he oído argumentos a favor de los depredadores en el sentido de que, como las futuras tortugas todavía no se “tortuguizan” por completo, resulte aceptable disponer de tales objetos como si no fueran a ser lo que ya comenzaron a ser. En el límite, la más leve sospecha de que de cada huevo pueda surgir una tortuga mueve a miles de personas a prodigar cuidados, recursos y trabajo para salvarlos a todos y cada uno. Disponer de uno sólo de ellos está penado por ley.” No obstante, la ciencia hoy aparta grandes avances al reconocer que no se trata de un grupo de células o de un producto, como se le suele llamar despectivamente, se trata de una persona como usted, como yo… incluso como ellas”.
Hoy, ante las complejidades de nuestro estado, debemos garantizar desde la Constitución el derecho a la vida antes que otras cosas, necesitamos buscar un estado donde podamos vivir y trabajar en paz.
Hoy me encuentro complacido porque nuevamente el grupo parlamentario del PAN salió a defender sus principios he ideología política humanista planteados en sus principios de doctrina. Pero también se sumaron diputados de otras bancadas (mujeres y hombres) del Partido del Trabajo, del PRI, del PES, a las manifestaciones y a la defensa de la vida. Tal fue resultado que, por una amplia mayoría, que no procedió el al lugar a discusión el dictamen que planteaba la interrupción legal y gratuidad del aborto. Sin temor, sin dejarse intimidar por las redes sociales, ante discurso de moda que prevalece en una minoría y que es respetable, sin temor al mal llamado costo político o lo discursivamente correcto.
Puedo terminar mi opinión diciendo en el entendido que el congreso se representa por 24 regiones o distritos electorales, por 16 diputadas y diputados de representación proporcional, lo que se manifiesta en el Congreso es el sentir de las y los michoacanos, por lo que puedo asegurar que Michoacán es, ha sido, y seguirá siendo humanista.
Quizá estos grupos no se dan cuenta, pero al defender la vida, defendemos la de todas y todos, incluso la de ellas y de los que no han llegado a este mundo. Y pido a la ciudadanía, que se sume, que no sea tibia, apática o indiferente ante este tema, que se pronuncie, que participe, que defienda lo más sublime que tenemos, nuestra vida.
Hoy podemos decir que en nuestro estado falta mucho por hacer, leyes y acciones que erradiquen la violencia y la discriminación, en términos generales, que nos garanticen mejores condiciones de paz y seguridad. Centrémonos en lo importante. Hoy requerimos acciones que nos permitan construir una nueva realidad para Michoacán. La defensa de la vida, es una de ellas.