Por Oscar Carbajal
Definitivamente la lectura de la iniciativa presentada por el Presidente de la República en el tema electoral, ha dejado pensativo a más de uno, me incluyó ahí; y es pensativo en torno a que las cuestiones que se proponen rompen totalmente con el sistema electoral como lo conocemos y daría vida a una manera en la que, la certeza al menos en los próximos procesos electorales, no estaría presente.
México es un país que ha demostrado tener un modelo electoral que puede brindar certeza de lo que sucede en la renovación de cargos de elección popular, al final del día, este modelo es el que ha validado tres alternancias políticas en elecciones presidenciales, después de que por más de setenta años se estuvo en una “dictadura perfecta”, por ello muchas veces se ha dicho, que no se necesita una reforma electoral que cambie el juego, sino que perfeccione lo que tenemos, no más.
Partamos de dos cosas, la concentración de las esferas políticas para la toma de decisiones y el ataque, como diario, a los institutos electorales locales, así como a los tribunales electorales locales. Y es que, ni siquiera en la redacción de la iniciativa presentada, se escapa el menosprecio a la profesionalización y trabajo local, pues, los califica como irrelevantes, al supuestamente los datos del Presidente, termina definiéndose casi cualquier acto impugnado en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Cosa que es más falsa que las ganas que tienen por dar certeza a la democracia con esta iniciativa, y lo digo así porque, defender a los Institutos y Tribunales Electorales, es defender también, a un sistema que se ha profesionalizado, que ha buscado tener un servicio permanente a la de organización y protección de los derechos político-electorales.
La propuesta de reforma, se olvida de algo, y eso es que, nacionalizar un sistema electoral en México es olvidarse de las peculiaridades de cada rincón en el país, no es mentira, ni secreto decir que muchas veces la queja ha sido esa, que detrás de los escritorios de las oficinas nacionales, muchas veces no se vive de la misma manera y solamente los entes electorales locales, conocen como se desarrolla perfectamente cada aspecto de los estados y eso ayuda a la resolución de controversias y a dar certeza a lo que sucede.
Ha sido este modelo el que ha emitido criterios en torno a la defensa de las comunidades originarias, al reconocimiento de los grupos minoritarios para que se garantice el acceso a los cargos de elección popular, las acciones afirmativas que tanto han dado a la democracia y que hoy, podemos decir que se tiene con una paridad en los órganos legislativos que representan al pueblo.
El determinar que la elección de las Consejerías y Magistraturas Electorales sea por votación popular, con candidatos propuestos por el Congreso de la Unión, La Suprema Corte y el Presidente de la Republica, nos lleva a mencionar algo, se está politizando y hasta cierto punto, viciando la elección de quienes organizarían y calificarían las elecciones cada seis años. Eso sin mencionar que, se rompe con la continuidad de trabajos, que se hizo con la asignación escalonada de temporalidad en el cargo.
La concentración de poder que se busca tener, se observa desde el momento que, no directamente, pero si entre líneas, desaparece a la mayoría relativa y solamente mantiene a la Representación Proporcional. Sí, los pluris se quedan y la propuesta es que solamente se vote por partidos, ya no por personas y estas sean quienes nos representen. Es decir, la propuesta no abre la posibilidad a más contiendas entre candidatos que se dan a conocer a la ciudadanía, ya solo te presentas a votar por tu partido de mayor elección, sin tener una representatividad especifica en los distritos.
La tendencia mundial es esa, ir encaminados a un tema de representación proporcional, pero no se ha establecido de manera fija como es que se llega a ello. En América Latina, Argentina, Bolivia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Paraguay, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, usan este método, el cual ha tenido ciertas complicaciones a lo largo de los años.
Recordemos que toda asignación de representación proporcional, obedece a una formula muy específica, lo cual no ha sido generada aún. Esta iniciativa tiene mucha tela de donde cortar aún, pero lo que sí puedo decir desde este momento es que la misma, lleva acciones que van encaminadas a deshacer el pluralismo, concentrando un aparato gubernamental de un solo color y que, si se busca un cambio, la reversa, también es un cambio.