Por Héctor Tapia
Nadie, cuando menos hasta ahora, duda de los beneficios de la eventual instalación de las oficinas centrales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Michoacán, de manera más particular, en Morelia.
Con todo, lo cierto es que sí se cometió un error procedimental por parte del Gobierno del Estado: dio por sentado el apoyo y respaldo por el Congreso del Estado, sin que este hiciera lo único que hace falta y que nada más y nada menos significa, para concretar esta acción, el aval para que se realice en el predio del viejo Cereso Francisco J. Múgica.
El haber sacado o conseguido ya el visto bueno del Ayuntamiento moreliano para la edificación, y lanzar de manera paralela una campaña, con organismos aliados como el Consejo Coordinador Empresarial, y las mismas secretarías del gobierno estatal, para respaldar esta acción, sin esperar la definición del Congreso, refleja una falta de respeto al Legislativo local.
La lectura es que, sin respeto entre los poderes, se está presionando al Legislativo para que dictamine un tema que es facultad exclusiva del mismo Congreso.
Cierto, y en contraparte, el Congreso no se ha conducido con total transparencia, y hasta en momentos con cierta torpeza y falta de pulcritud, ante diversos temas que le urgen al estado, o que también han mostrado tener más un interés político, y en cierto momento hasta electorero, que lograr los acuerdos o consensos necesarios para sacar adelante aspectos que beneficiarían a Michoacán.
Ante esto, el hecho de que el Congreso deje mucho qué desearen su actuar, no justifica que el Estado pase por encima del Legislativo, y que a base de presiones, intente orillar a una determinación que tiene que desahogarse conforme a los procedimientos establecidos.
La actitud refleja, en parte, que no se ha superado la intención permanente de los Ejecutivos, proveniente de anteriores administraciones, de tomar al Congreso como ventanilla de trámite, como oficialía de partes.
Sin embargo, esta intención y falta de respeto puede ser cobrada muy alto; los diputados de oposición numéricamente son más que los aliados al actual gobierno estatal. Y aunque en la oposición hay algunos que han mostrado acompañar las iniciativas, también en los aliados hay quienes han mostrado su rebeldía ante las propuestas oficiales, lo que ha reflejado hasta el momento que la oposición sigue teniendo la sartén por el mango en diversos temas.
A esto se agrega que el tiempo está en contra, y para el tamaño del proyecto que se pretende, podría amenazar la concreción de este.
Si bien al actual Gobierno Federal le quedan dos años y medio de gestión, lo cierto es que en términos reales le quedan año y medio, descontando los tiempos electorales que pueden enturbiar y detener muchas acciones, incluida esta.
Aun no se ve para cuándo se pueda dictaminar y avanzar el tema de la desincorporación, pero conforme más se extienda este aspecto en su definición, más comprometerá la concreción de un proyecto como el de la descentralización del IMSS. En el Congreso lo saben, y cuando menos hasta ahora, la oposición, no ha dudado en hacer ver o valer su peso y su fuerza.
