Gustavo R. Gallardo / Metapolítica
Morelia, Michoacán.- El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en conferencia de prensa que aunque se ha manifestado en contra de las políticas que impulsaron los expresidentes Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña, no los considera sus enemigos.
En conferencia de prensa matutina, el mandatario dijo que su gobierno no tiene enemigos, sino adversarios políticos.
“Ellos actuaron en su momento, aplicaron una política que yo combatí siempre. Nunca estuve de acuerdo con la política de Salinas, ni de Zedillo, de Fox, ni de Calderón ni de Peña Nieto, entonces las diferencias son de orden político, no en lo personal”, dijo
Y agregó: “Yo no odio, lo que creo es que esa política que ellos impulsaron y llevaron a la práctica benefició a minorías, auspició la corrupción y produjo el atraso de México y el empobrecimiento de nuestro pueblo. Ese es el fondo del asunto y esto lo he dicho desde hace bastante tiempo”.
López Obrador dijo que a Carlos Salinas lo acusa de haber entregado los bienes de la nación (empresas, bancos, minas, las tierras ejidales) a particulares, con el fin de construir, dijo, “una nueva oligarquía, un grupo compacto”, lo cual propició que se profundizara la desigualdad social.
“Una minoría se hizo inmensamente rica, mientras se empobreció a la mayoría del pueblo”, dijo.
En el caso de Ernesto Zedillo, lo acusa de haber rescatado a las empresas usando el dinero público. “Ante una crisis (económica) que provocó el mismo gobierno (…) En vez de rescatar al pueblo, deciden rescatar a los de arriba, a los mimos que se habían beneficiado con la política entreguista de Salinas, grandes empresas, bancos, y convierten las deudas privadas de estas corporaciones en deuda pública y de ahí surge el llamado Fobaproa”.
“En vez de rescatar a los abajo, rescatar a los pequeños comerciantes, pequeños empresarios, se rescató a los de mero arriba y se dejó esa deuda que, en términos generales, significa 3 billones de pesos, que la vamos a tener que seguir pagando en nuestra generación y es posible que se herede”, afirmó.
Con Vicente Fox, la diferencia de fondo, dijo, es que “engañó a millones de mexicanos de que iba a haber un cambio y siguió con lo mismo, siguió aplicando el salinismo como política, al grado que su secretario de Hacienda había estado de subsecretario de Hacienda con Salinas y claro que no hubo ningún cambio, siguieron las privatizaciones”.
Además, lo acusa de no haber respetado “la voluntad del pueblo” en las elecciones de 2006: “Participa, encabeza, el operativo de fraude cuando nos roban la Presidencia de la República, pero además él lo confiesa, hay testimonios, declaraciones de él donde dice ‘claro que participé, cómo iba yo a dejar que un loco llegara a la Presidencia, claro que cargué los dados’”.
Con Calderón, el problema es que “de manera irresponsable, sin tener un diagnóstico, sin saber lo que estaba sucediendo y sin pensar que la paz es fruto de la justicia, entrando declara una guerra a la delincuencia organizada, hasta se pone chaleco militar”.
“Él sabe que no gana, no permite que se cuenten los votos, hace acuerdos con todos, hasta con gente impresentable, es el ‘haiga sido como haiga sido’ (…) luego le ayuda a Peña, se entiende perfectamente con Peña porque ya había un acuerdo, le deja hasta comprado el avión presidencial”, afirmó López Obrador.
Luego se dio a conocer, dijo, que la lucha contra el crimen organizado de Calderón era una simulación “porque tenían acuerdo con uno de los grupos, algo que era muy común de proteger a un grupo y combatir a los demás”.
Con Peña, las diferencias son el “desparpajo y la corrupción que imperó” durante su sexenio.
“¿De ahí a que yo les tenga odio? No, no, no, no… Si me encontrara yo a Calderón, me encontrara a Salinas, a lo mejor lo saludaría, a lo mejor no lo haría por cuestiones políticas, porque me afectaría políticamente, pero en lo personal es otra cosa”, aseveró.