Metapolítica
Morelia, Michoacán.- Cuando Miguel Ángel Mancera Espinosa fue jefe de Gobierno de la CDMX, quien se desempeñaba como jefe de la Policía Cibernética, José Roberto Uribe, utilizó una camioneta tipo van de la ex Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (ahora FGJ-CDMX) para captar llamadas telefónicas y mensajes de texto de políticos de Morena como Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum.
Mancera Espinosa está imputado por su probable participación en los delitos de ejercicio abusivo de funciones y violación a la comunicación privada, ya que operó un centro de espionaje de funcionarios y políticos.
Todo esto fue informado por la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, algo que fue confirmado por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.
“Lo que sabemos es que es una investigación que se inició a finales del 2018 cuando entramos al Gobierno de la Ciudad. Para que conozca la ciudadanía, es un centro de espionaje dedicado a investigar a los adversarios del anterior gobierno de la Ciudad de México”, explicó Sheinbaum.
El vocero de la Fiscalía, Ulises Lara, informó que un juez de control dictó a José Roberto Uribe la medida cautelar de prisión preventiva; además, informó que la dependencia solicitará a la Interpol la emisión de “Fichas Rojas” para evitar la fuga del país de las demás personas posiblemente involucradas en el espionaje.
A decir de la FGJ-CDMX, el centro de operaciones de espionaje se ubicaba en un edificio en la calle Manuel Marqués Sterling, colonia Centro de la Alcaldía Cuauhtémoc.
Ahí, entre los años 2013 y 2018, se intervinieron llamadas telefónicas de funcionarios que ahora ocupan cargos en el gobierno federal y en el de la Ciudad de México, como es el caso del presidente Andrés Manuel López Obrador, el canciller Marcelo Ebrard y la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
“Se daban a la tarea de intervenir ilegalmente comunicaciones privadas de personas del ámbito político, así como de sus familiares más cercanos; elaborar fichas de identidad; diseñar rutas y mapas de seguimiento; además de ejecutar planes con fines político-electorales”, se detalló.
Según la investigación, el grupo de espías desmanteló el centro de espionaje en julio de 2018, después de las elecciones presidenciales y de la jefatura de Gobierno.
“Fue destruido casi todo el equipo informático para tratar de eliminar cualquier rastro que revelara la existencia de sus operaciones”, precisó Lara.
Con información de Sin Embargo
