#TAN CERCA, TAN LEJOS // AMLO y viraje en su idea de política exterior

Presidente Fundación de Estudios Políticos Económicos y Sociales Progresista. iran_moreno@fepesp.org

Por José Irán Moreno Santos

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha cambiado su opinión y su visión respecto a la importancia que tienen las relaciones internacionales en el quehacer político, económico y social de un país y más particularmente de México.

Afirmo lo anterior porque siempre se negó a participar en actividades internacionales en el extranjero siendo dirigente del Partido de la Revolución Democrática, de igual manera se negó a darle un peso significativo a esta política siendo Jefe de Gobierno de una de las ciudades más pobladas del mundo; incluso en sus libros que muestran el programa que desarrollaría si llegara a ser presidente; afirmaba que la mejor política exterior era la política interior, e incluso más recientemente en su Plan Nacional de Desarrollo que presentó a los mexicanos después de su triunfo electoral en el año 2018 poca relevancia le dio a esta área de política pública, reafirmando que la mejor política exterior es la política interior.

Durante años acuñó la frase ‘candil de la calle y oscuridad de su casa’ cuando se refería a las participaciones de los expresidentes en foros internacionales, e incluso llegó a mencionar que las organizaciones internacionales eran poco relevantes y los encuentros entre dirigentes mundiales eran más encuentros de protocolo que de acuerdos viables para la solución de problemas.

Le costó tres años entender y comprender que esta política pública para un país como México, situado geográficamente como vecino de los Estados Unidos, puerta de entrada y salida para Centroamérica y Sudamérica, sí tiene una importancia estratégica no sólo desde el punto de vista geográfico, sino político, económico y comercial que lo ha llevado a reconsiderar su anterior posición de no darle importancia a las relaciones internacionales y a las políticas que se pueden desarrollar si hubiese una verdadera participación del Ejecutivo mexicano en la solución de problemas nacionales vinculados a lo internacional.

Podría firmar que el presidente sólo mencionaba el artículo 89 fracción décima de nuestra Constitución Política, la cual hace referencia a las relaciones internacionales como mera retórica porque no entendía la importancia y la relevancia de su contenido.

Tres años le costó al presidente cambiar su opinión y mucho se debe al consejo de dos personajes a los cuales el presidente les tiene confianza, aprecio y respeto. Uno es su amigo Juan Ramón de la Fuente, representante de nuestro país en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas; y el segundo, no por ello menos importante, el secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard Casaubón. Sin estos dos personajes no hubiera tenido la sensibilidad de cambiar de opinión y participar activamente en el nuevo diseño una nueva idea de las relaciones internacionales para México.

El 24 de julio del año 2021, en el 238 aniversario del natalicio de Simón Bolívar, el presidente por primera vez habla y expresa sus ideas respecto América Latina y el Caribe, y asume tibiamente la idea muy discutida en la región de la integración regional, con un aderezo propio, la inclusión de Estados Unidos y Canadá en este planteamiento. Incluye a estas dos naciones de América del Norte por que el ejercicio anterior previamente discutido por liderazgos latinoamericanos de izquierda como el hoy candidato a la presidencia de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva, el expresidente Tabaré Vázquez o Rafael Correa, por sólo mencionar algunos, comenzaron un ejercicio de integración que tuvo su cristalización en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), donde naturalmente, por las experiencias vividas en la región por parte de los Estados Unidos, no estaban pensado incluirlo y tampoco Canadá, porque ya ellos estaban representados en la Organización de Estados Americanos (OEA).

Andrés Manuel se atreve a incluir Estados Unidos y Canadá, cuestiona la Organización de Estados Americanos y plantea un ejercicio similar al llevado a cabo en la Unión Europea. Planteamiento que vale la pena considerar e incluso tomarle la palabra, proponiéndole la expedición de un visado para trabajadores centroamericanos que temporalmente trabajen en nuestro país y retirar la guardia nacional de nuestra frontera sur en acuerdo con empresas y empresarios para su contratación.

Es importante también rescatar –aunque aquí no fue muy claro– su intervención en la sesión del 28 de junio de 2022 del Consejo de Seguridad de la ONU donde se abordó el tema del mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. En esta ocasión hizo referencia en que la solución de los problemas mundiales está en atacar las causas que la generan, habló de sus programas insignia (Jóvenes Construyendo el Futuro y Sembrando Vida) como modelos que México ponía a disposición del mundo para enfrentar los problemas derivados de las seguridades nacionales que posteriormente se convierten en problemas internacionales, mantener la paz, pero sobre todo, generar una cooperación multilateral en beneficio de los sectores más desfavorecidos del planeta, ideas que en su momento parecieron un buen chiste, pero ya en el contexto de las ideas globales del presidente van tomando forma.

Otro momento importante en estas ideas de política internacional que han salido desde Palacio Nacional es la cumbre de Celac llevada a cabo en México en septiembre del 2021, donde el presidente mexicano apuesta ante los líderes de la región latinoamericana y caribeña por renovar la idea de integración. Si bien no menciona el ejercicio llevado a cabo por Europa, vuelve a plantear la necesidad de una mayor cooperación, colaboración, intercambio e integración institucional entre los países que en ese día se dieron cita y hay anuncios importantes como la creación de la agencia espacial latinoamericana, una mayor cooperación entre las instituciones de salud y epidemiológicas y también vuelve a plantear una vez más revigorizar la organización con tintes políticos de bloque regional y denuesta una vez más a la Organización de Estados Americanos, y deja en la mesa la posible incorporación de Estados Unidos y Canadá, tema que sin duda es polémico ante la actual correlación de fuerzas en la región, inclinadas a la izquierda y teniendo como principal enemigo identificado con el dedo flamígero a los Estados Unidos, porque lo ubican como el imperio, que no les falta razón, pero que hoy en día esa visión ya no están objetiva y cierta como en los años 60’s 70’s u 80’s.

Las ideas del presidente también se ven reflejadas en el papel que jugó México en la reciente Cumbre de las Américas celebrada en Estados Unidos, donde desde su perspectiva y apoyado tal vez por los principios de política exterior que también están consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, estos hacen referencia a la igualdad jurídica de los Estados y la autodeterminación de los pueblos, lo que hace patente su no asistencia a esta reunión regional convocada por los Estados Unidos sí todos los países sin excepción son invitados.

Si bien no podríamos compartir esta idea porque pareciera defender a gobiernos que desde la perspectiva de la democracia carecen de la misma, no así del derecho internacional y tanto fue su convencimiento que opto por no asistir y mostrar su ausencia como una forma de poder, pero dejando en claro que ante el derecho internacional más allá de la concepción democrática todos los estados tienen el mismo peso y está en función de la autodeterminación de sus pueblos, que desde la perspectiva del presidente simple y llanamente el pueblo tiene el gobierno que se merece, podemos no compartirlo, pero el sí lo cree así.

Estas creencias e ideas hoy están otra vez en la mesa, ya que visitará los Estados Unidos en estos días y ha vuelto a poner en la mesa lo que es más polémico para los Estados Unidos, pero necesarios en un diálogo bilateral y es el meter el tema de la legalización de los mexicanos, un programa para contener la migración en Centroamérica, visas para trabajadores temporales, cooperación para enfrentar la crisis económica y una mayor integración con América del Norte sin dejar de plantear una sola América en un ejercicio similar al de la Unión Europea. Planteamiento que no es del agrado de los políticos de este país del norte, por considerar que perderían peso, incidencia, poder, influencia y, sobre todo, soberanía frente a los países de la región.

El presidente ha dado un viraje en su concepción y en la importancia que tiene las relaciones internacionales, que si bien es un tema que no da votos, sería relevante e importante conocer las opiniones de los partidos de la oposición, que a diferencia de sus administraciones no apoyaron, compartieron e impulsaron estos temas para toda la región y mucho menos hacía para los Estados Unidos, y mucho de esto se debe a la incidencia e influencia sin duda de Marcelo Ebrard y del representante de México ante Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Juan Ramón de la Fuente.

Pareciera que son ideas básicas y sin duda lo son, porque hay temas muchos más amplios que requieren de una visión conjunta, como es el cambio climático, los derechos digitales, las leyes laborales, entre otros, pero ha virado su pensamiento y no es un pensamiento retrógrada, sino que es un pensamiento progresista que esperemos se mantenga más allá de los vaivenes de la política nacional y que no recurra en un futuro cercano al manto protector de la soberanía nacional para no ser observados por organismos internacionales.

Sería muy bueno reflexionar en estas ideas, la integración regional, la participación de los Estados Unidos, Canadá y que la solución a muchos de los problemas que hoy nos aquejan, como es el de la migración, el de la pobreza y la exclusión sean temas abordados regionalmente.

Hay temas pendientes y sin definición que sin duda requieren que el gobierno marque sus líneas rojas y tiene que ver con Nicaragua y El Salvador y no solapar violaciones a los derechos humanos, democracia, apropiación del gobierno y persecución política, la relación con Rusia y las sanciones y la normalización de relaciones con España. Si ya dio un viraje, esperamos que se comprometa con una política internacional democrática y progresista.

Las opiniones emitidas por los colaboradores de Metapolítica son responsabilidad de quien las escribe y no representan una posición editorial de este medio.

Presidente Fundación de Estudios Políticos Económicos y Sociales Progresista. iran_moreno@fepesp.org