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#ENTRELÍNEAS / De la memoria y el olvido

Por Héctor Tapia

Michoacán tiene grandes pendientes por resolver, sin duda. Hay renglones que, por años, administraciones, décadas, han estado ya no sólo en el rezago sino también en el olvido, evitando en todo momento se avanzara siquiera un poco para reducir la injusticia social que viene imperando y que se ha enquistado en las instituciones.

Es cierto. Hay tantísimo rezago. Pero ante esto, si viéramos sólo lo que está en este momento, en el hoy, en el aquí y ahora, nos perderíamos la lectura evaluativa que permite la retrospectiva, el contraste.

Y, en aras de tener una lectura que considero más apropiada y completa, se debe tomar en cuenta justamente esto: el contraste. Sólo así podremos dimensionar avances, retrocesos, preocupaciones y fortalezas que existen para el estado; más por el momento histórico que se vive.

Adicional a esto, para entender las posturas que se han vertido a un año de que inició el actual gobierno del estado, que encabeza Alfredo Ramírez Bedolla, y a uno de que inicie el proceso electoral federal siguiente, tampoco se debe perder de vista que precisamente esto influirá en el posicionamiento de diversas fuerzas políticas y actores, incluida la postura del oficialismo, dejando de lado un genuino interés de evaluar, y más inclinados por convencer y generar percepción desde una perspectiva o narrativa más inclinado hacia lo electorero.

En esto lo hay de ambos lados. Por un lado, considero, el gran ausente, me parece, del Informe de Gobierno del estado, ha sido el reconocimiento de los grandes pendientes que se tienen en diversos renglones, como el de seguridad, desarrollo económico, justicia para las mujeres, saneamiento de las finanzas y lucha contra la corrupción.

Ciertamente, a consideración de este columnista, sí ha habido avances en cada uno de estos renglones; lo que me parece que son visibles, y que además se informaron.

No se erradicaron los homicidios dolosos (sólo un iluso podría pensar que se acabarían por arte de magia); no hay todavía “tanta inversión” ni se ha concretado o consolidado el desarrollo económico de la región no sólo del puerto michoacano sino de las distintas regiones productivas de la entidad; aún queda mucho por sanear las finanzas; y, en lucha anticorrupción, la sociedad aún sigue esperando sancionados por los múltiples desfalcos que ha sufrido el erario.

Sin embargo, y en contraparte, es necesario apuntar que por ejemplo en homicidios dolosos, la tendencia que venía en constante incremento mensual desde que se declaró la guerra contra el narco, en los últimos cinco meses ha venido registrando un decremento constante, tiene una histórica tendencia a la baja; en cuanto al desarrollo económico, las cartas intención de invertir ahí están, y se han consolidado cuando menos unas tres de gran magnitud en lo que va de este año (en Lázaro Cárdenas y Zitácuaro, particularmente); en justicia para las mujeres se espera que la iniciativa de incrementar las penas a feminicidas se avale en estos próximos días en el Congreso; en la lucha contra la corrupción, si bien se han presentado más de 800 denuncias, falta todavía que los organismos autónomos, donde no mete mano el Ejecutivo, hagan lo propio, tanto las Fiscalías General de la República como la del Estado, así como también las Auditorías local y federal, en lo local, ambos casos, están fuertemente ligados al gobierno anterior.

Con todo esto, con los avances y pendientes, la postura pública, que me parece más electorera del Partido de la Revolución Democrática (PRD), de aseverar que Michoacán está peor, sólo baste recordarles (no sólo los puntos del párrafo anterior) que cuando menos en estos momentos no se adeudan salarios ni al magisterio, ni a toda la estructura burocrática de los Tres Poderes del Estado, aspecto que se prolongó por casi tres meses con Silvano Aureoles Conejo. Con lo que se sumergió a Michoacán en una crisis profunda que costó revirar.

Imposible olvidar los más de 100 días de bloqueos a las vías férreas, con lo que implica, que se tuvieron previo al arribo de la actual administración.

Ahora, es entendible el llamado del PRD en que el actual gobierno que encabeza el morenista Alfredo Ramírez Bedolla deje de ver el pasado, entiéndase al gobierno anterior que encabezó Silvano Aureoles.

Pero, ¿Cómo olvidar, desde la óptica del pueblo de Michoacán, no del actual gobernante, una serie de aspectos que salieron a relucir durante la administración pasada, pero también (y más aún) una vez que dejó el gobierno perredista? ¿Cómo olvidar el dispendio y la frivolidad? ¿Cómo olvidar el pleito, electorero, con la federación? ¿Cómo olvidar el quebranto financiero que dejó?

¿Esto es por lo que pugna el PRD?, ¿Por el olvido?

Héctor Tapia. Director General de Metapolítica.mx, reportero en Medios Radiofónicos de Michoacán, analista político en Canal 6 Media Group y titular del noticiario “A Las 2” del SMRTV.

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