Por Héctor Tapia
El Partido Acción Nacional (PAN) en Michoacán va perfilando de forma muy anticipada quién o quiénes tendrán el control político local de su partido.
Son conocidos como “Los José”, en alusión a los militantes afines a Marko Cortés, pero muy bien definidos a la disciplina y lealtad con José Manuel Hinojosa Pérez, exdirigente estatal del partido, y quien ha logrado, paulatinamente, construir una red de panistas que han fortalecido al grupo que encabeza.
Pero, ¿qué fue lo que pasó este fin de semana en el partido que lleva a plantear esta afirmación?
Cierto, esta es una tendencia desde no hace varias semanas, sino de hace varios años. Pero la Asamblea Estatal para definir al nuevo Consejo Político Estatal reflejó varios aspectos que dejan claro que se impuso en la gran mayoría de las 100 posiciones del Consejo que fueron electas por delegados.
Pero no fue “un triunfo” gratuito; tiene todo un trabajo previo, toda una construcción paulatina de decisiones, que se fueron dando a la callada, sin hacer ruido, con el objetivo de preparar su estructura.
Ya muy cercana la realización de la Asamblea Estatal, desde el viernes, dos días antes, las inconformidades de algunos liderazgos panistas salieron a relucir y no sólo amagaron con tomar las instalaciones del Comité Directivo Estatal, aterrizaron la amenaza y las tomaron. Denunciaron irregularidades en el proceso interno, y acusaron mano negra desde la dirigencia estatal.
Las presuntas irregularidades fueron desde que se dieron de baja de manera arbitraria a delegados para participar en la Asamblea Estatal, y tras un encuentro con la dirigencia estatal, sin más exabruptos, soltaron la dirigencia, y adelantaron que seguirán la ruta jurídica específica ante el organismo interno de justicia para presentar las pruebas y buscar echar abajo este proceso interno.
Con todo esto previo, la Asamblea Estatal se llevó a cabo. Los resultados fueron contundentes: la gran mayoría de las posiciones, por no decir que casi la totalidad, fueron ganadas por perfiles afines al liderazgo de José Manuel Hinojosa, el casi líder de facto de esta fracción interna del PAN.
Vuelvo a plantear la pregunta: ¿qué fue lo que pasó? La conclusión, cuando menos a mi parecer, los otros liderazgos o grupos “se durmieron”, se confiaron y, en consecuencia, les comieron el mandado.
Y esto se fraguó desde el principio. Los cuadros en los municipios estuvieron más enfocados en la renovación de las dirigencias municipales, y desdeñaron, aseguran algunos, la posibilidad de participar en la referida asamblea del domingo pasado.
Fue hasta que se dieron cuenta que numéricamente –porque esto se maneja con números– no alcanzaban los delegados suficientes para “colocar” a sus consejeros que vino la ruptura. Pero el paso ya estaba dado.
Ciertamente, en el estado todos obedecen al liderazgo nacional de Marko Cortés, pero es más que evidente que hay varios liderazgos que tienen diferencias irreconciliables entre sí.
Pero ¿cuál es la relevancia del Consejo Político Estatal del PAN?
Es el máximo organismo de determinación política, colegiada, que tiene el partido. Este definirá la política de alianzas del blanquiazul en lo que respecta al proceso local. Las posiciones federales las definirán en la dirigencia nacional.
Pero vamos más allá, también decidirán o incidirán en las candidaturas que impulsarán en lo local, así como también temas de financiamiento de futuras campañas. Todo esto del proceso electoral 2023-2024. Que falta un año para iniciar el proceso, y año y medio para definir candidaturas, sí, pero en política hay que anticiparse.
En cuanto a las inconformidades y las pruebas de las irregularidades, estas tendrán que presentarse en el organismo de justicia intrapartidaria, donde, de no ser del agrado de los inconformes, podrán hasta entonces recurrir a un Tribunal Electoral para desahogar el caso. Esto si es que deciden no presentar denuncias de tipo penal, en caso de haberse identificado presuntos actos ilícitos, aspectos que también deberán acreditar.
Con todo, hoy por hoy, el Consejo Político electo este domingo marcó su hegemonía. ¿Prevalecerá? ¿Será real?
