Por Engels Contreras
El día 16 de febrero de este año Lorenzo Córdova Vianello, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, publicó un artículo de opinión en el diario de circulación nacional El Universal, titulado “Democracias en Riesgo”. En el referido análisis, el consejero hace una reflexión sobre los riesgos que enfrenta la democracia por lo que me permitiré hacer algunas precisiones en torno a su publicación.
En primer término el autor establece que “las democracias enfrentan un descontento social cada vez más extendido a causa de problemas estructurales que no han podido ser resueltos o que fueron agravados por la políticas publicas instrumentadas por gobiernos democráticamente electos”. Es de considerar que los problemas estructurales mas lacerantes del país y el mundo, no tienen su causa y tampoco solución solamente en la políticas públicas que despliega un gobernante, sino que es el sistema económico hegemónico en el mundo el causante de las diversas problemáticas estructurales que enfrentamos como humanidad. Y esto claramente tiene su impacto en la calidad de las democracias del planeta, pues ante sociedades tan desiguales y con altos índices de pobreza, a las democracias se les dificulta su realización con mayor efectividad, no hay experiencia que nos indique que la pobreza se puede acabar por decreto.
Asimismo establece que “otro fenómeno que contribuye al deterioro de la democracia es el descrédito de instituciones democráticas como los partidos políticos y los parlamentos”. Si bien esto es verdad, al consejero se le olvida que él mismo es producto de ese sistema parlamentario y de partidos, ya que es la Cámara de Diputados quien designa a los consejeros electorales, no sin antes ser impulsados por “x o y” fuerza política. Hubiera sido interesante que estos argumentos los hubiera vertido cuando fue electo como presidente del INE por los diputados de aquel entonces.
De igual manera, refiere el doctor Córdova que “la polarización política e ideológica no es ajena a la vida política, pero que en tiempos recientes se está nutriendo peligrosamente de una intolerancia que afecta gravemente las bases de la democracia”. Es preciso mencionar que guste o no, la política es conflicto en esencia, y ese conflicto es y ha sido el motor de la historia, incluyendo la de la democracia. No podemos sustraernos del conflicto ideológico, pues es génesis de nuestro sistema democrático. El propio consejero presidente ha hecho uso del instrumento ideológico para combatir las reformas que se han planteado desde el ejecutivo y lo hace porque él tiene su visión de lo que es y debe ser la democracia pero soslaya que no es la única visión ni mucho menos la única opción realizable. Los andamiajes epistémicos en donde sustenta su argumentación y visión de mundo claramente están definidos por una escuela del pensamiento político que no es la única, ni la más efectiva.
Finalmente, el doctor Córdova señala que “hay un ataque y descalificación desde el poder a las instituciones de control político y jurídico”. Esta línea discursiva no es nueva, pues desde hace años el actual presidente de la República ha sido objeto de ataques a través de narrativas facciosas o que atienden a intereses de grupo, que no está mal, lo malo es que no se reconozca el interés de grupo que hay detrás de la construcción de dichas narrativas. Y es que si estuviésemos en un sistema autoritario, autocrático o dictatorial como afirman diversas voces, pues simplemente el plan A de la reforma constitucional electoral que no alcanzó mayoría califica en la Cámara de Diputados y que por lo tanto fue desechada conforme a derecho, hubiera sido una realidad por una eventual imposición del Ejecutivo. Sostengo que habrá puntos de la reforma electoral o plan B que tienen que revisarse en sede judicial, pero de eso a que con una narrativa construida intencionalmente se establezca que existe un riesgo de la democracia, atiende mas a una estrategia política e intereses de grupo que a una genuina defensa de la democracia.
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