Por Héctor Tapia
En Movimiento Ciudadano Michoacán se han abierto los frentes de guerra; claro, una guerra interna, por el momento silenciosa, pero no por ello menos intensa.
En el partido naranja todo se había mantenido todo en tensa calma con la llegada de Carlos Herrera Tello, Víctor Manríquez González y Óscar Escobar Ledesma, dado que esto implicó, con el respaldo del líder nacional, Dante Delgado Ranauro, el desplazamiento de Luis Manuel Antúnez Oviedo y -de facto- de Antonio Carreño Sosa.
Sin embargo, aún cuando se habían “esforzado” que en la apariencia se mantuviera el mensaje de unidad, pese a las evidentes diferencias entre ambos grupos, la ruptura se aceleró con un solo movimiento, y se desgranó con ello el conflicto.
Hace unas dos semanas aproximadamente la dirigencia nacional avaló hacer ajustes en Movimiento Ciudadano Michoacán en una posición clave.
La representación del partido ante los organismos electorales, que tenía en sus manos Adanely Acosta Campos, fue desplazada pasada la navidad, y se formalizó con el nombramiento de Oscar Rodolfo Rubio García como el nuevo representante del partido ante el Instituto Electoral de Michoacán (IEM) y el Instituto Nacional Electoral (INE) en la entidad.
La posición que sostenía Adanely Acosta se venía manteniendo a partir de la confianza que Antúnez Oviedo tenía en ella, en tanto que Oscar Rubio, recién designado, mantiene una cercanía con Carlos Herrera Tello.
Oscar Rubio llegó a ser secretario del ayuntamiento de Zitácuaro cuando Carlos Herrera, ahora aspirante al Senado por el partido naranja, fue alcalde; además, llegó a ser el subsecretario de enlace legislativo de la Secretaría de Gobierno, cuando Herrera Tello fue el encargado de la política interna del estado.
Es decir, este movimiento no sólo deja claro el desplazamiento de posiciones afines a Antúnez Oviedo, y en consecuencia de Antonio Carreño Sosa, sino que deja ver con claridad quién trae el favor de la dirigencia nacional; que en este caso es el llamado Garante, y quien es el que trae ahora en sus manos el rumbo de la franquicia en Michoacán, junto con Víctor Manríquez y Oscar Escobar.
Pero, ¿por qué la representación legal del partido ante organismos electorales es importante?; porque ésta posición es la encargada de realizar los registros de las candidaturas, con todo lo que implica; así de simple.
Frente a esto ha trascendido que éste cambio molestó no sólo a Luis Manuel Antúnez, ya desplazado y despojado del poder que tenía sobre el partido en Michoacán, sino también al dirigente Antonio Carreño, que poco a poco ha quedado en evidencia que su dirigencia ha quedado sólo en el nombramiento, porque de facto las decisiones políticas realmente relevantes, en el contexto electoral que se vive, las ha venido tomando el garante y el delegado nacional Víctor Manríquez, con el aval de la dirigencia nacional.
Con la molestia encima, y en un esfuerzo de tratar de mandar un mensaje interno, Carreño Sosa, acompañado por el desplazado Manuel Antúnez, agruparon a varios aspirantes a registrarse por candidaturas para el proceso local, para lo que armaron una atípica fiesta en pleno bulevar García de León.
Con este evento, y la desesperación encima, el todavía dirigente estatal envió un mensaje de intento de cargada de él a favor de quienes se sumaron al bloque de registros por las candidaturas que le acompañaron este mismo domingo, donde el mismo Carreño Sosa presentó su registro por la candidatura del Distrito local número 17.
Lo que se observa con claridad es la existencia de dos grandes bloques en Movimiento Ciudadano Michoacán, un bloque que recién llegó y que tiene el aval del dirigente nacional Dante delgado, y otro bloque que se resiste a desaparecer, que viene siendo desplazado a partir de la falta de resultados.
Se advierte que paulatinamente la ruptura será más evidente, donde el fondo es la definición de las siguientes candidaturas locales.