Por Héctor Tapia
Jesús Zambrano está empeñado en sepultar políticamente a Silvano Aureoles Conejo y a la fuerza política que representa en el estado.
Cuando menos esa es la lectura que poco a poco se va alimentando en Michoacán, no sólo tras la definición de la candidatura al Senado, que el consejo electivo nacional determinó designar a Araceli Saucedo Reyes.
También por las diputaciones federales que se reservaron para ser definidas por designación directa de la dirigencia nacional, incluida por la cual se registró Aureoles Conejo, que es la relativa a Zitácuaro.
Misma suerte corrieron los distritos federales electorales de Zacapu y de Pátzcuaro, distritos que le toca al PRD postular en la coalición Fuerza y Corazón por México con el PAN y el PRI.
El Consejo Nacional del PRD pudo haber designado a Silvano Aureoles como candidato a la diputación federal por Zitácuaro, pero no lo hizo, y el ex gobernador mordió el cebo; salió a romper públicamente con Zambrano exigiendo su renuncia.
El grupo político del ex gobernador siente “pasos en la azotea”.
Si bien en Michoacán el ala de Foro Nuevo Sol identificado con el ex gobernador tenía una fuerza relevante en el estado, y Nueva Izquierda, liderado a nivel nacional por Jesús Zambrano, no tanto en la localidad hasta hace cerca de dos años, ésta última expresión se vio fortalecida por las coincidencias con el ala de Foro Nuevo Sol identificada con el fiscal Adrián López Solís.
El punto común: el ex gobernador, pese a todo, seguía mandando el mensaje de querer controlar -casi a la fuerza- al partido en Michoacán, como en la época en que fue gobernador; hoy la realidad es distinta.
Aureoles Conejo agravió a diversos actores del PRD en lo local, y muchos de ellos se están agrupando en su contra, y lo están dejando solo frente a un Jesús Zambrano que busca sepultar su influencia política a través de construir acuerdos con otras figuras perredistas en Michoacán.
En las protestas o manifestaciones de inconformidad en contra de las definiciones de las candidaturas federales sólo se ha podido observar a figuras como el senador Antonio García Conejo, su medio hermano, también a Alberto Frutis Solís, quien por cierto envió mensajes de amago en este contexto al reunirse con la dirigencia estatal de Movimiento Ciudadano, a la regidora moreliana Minerva Bautista, a la ex diputada Jeovana Alcántar, y se suman figuras que se sabe están con él como lo es la síndico Helena Vega, Juan Bernardo Corona o incluso el secretario general José Guadalupe Aguilera Rojas.
¿Qué está al frente?, son varios momentos. El primero es el desahogo de las tres diputaciones federales faltantes; luego, las postulaciones por cargos locales (diputaciones y ayuntamientos). Pero después de esto, y pasado el proceso electivo constitucional del 2 de junio, está la renovación de la dirigencia nacional.
La lectura es que buscarán ir mermando, cercando, la influencia de Aureoles Conejo. Parece cobro de facturas, y parece también que son muchas por saldar.
Con todo, las preguntas son inevitables: ¿De qué tamaño fueron los agravios y rupturas entre Jesús Zambrano y Silvano Aureoles, que ha llevado a este escenario que anticipa la muerte paulatina o “congelamiento” del grupo político del ex gobernador?, ¿qué desencadenó este escenario?
Por el momento en el PRD las aguas están muy movidas, y no apuntan a tranquilizarse pronto.