Por Juan Adolfo Montiel Hernández
El pasado domingo se llevó el segundo debate entre las y el candidato a la Presidencia de la República. También, días previos y durante la semana pasada, se llevaron a cabo varios debates a nivel local de las candidaturas a cada gubernatura, y para la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, así como de senadurías y presidencias municipales.
En nuestra democracia mexicana estamos considerando cada vez más a los debates como una forma de transmitirle al electorado las propuestas de campaña, realizar señalamientos y cuestionamientos a las y los oponentes.
Los debates tienen una significación y representación especial en la contienda electoral. Es el momento en que tenemos a todas y todos los candidatos en el mismo lugar manifestando de forma improvisada -aunque preparada- y abierta de los temas que le interesan al electorado.
Los debates son un elemento importante, indispensable para obtener información, para obtener las posturas de ciertos temas, pero principalmente sobre la forma en que se desenvuelven las personas en ciertos momentos o cuestionamientos.
Es así como los debates -del primero que se realizó en México en 1994- han ido incluyéndose dentro de nuestra democracia electoral.
Falta un tercer debate a la Presidencia de la República, que será el día 19 de mayo de 2024. En otras entidades federativas aun faltan por realizarse un debate para las gubernaturas y que la ciudadanía o el electorado pueda obtener información, analizarla y tomar su decisión que corresponda para emitir su voto el próximo 2 de junio. Estamos a 33 días de la jornada comicial.
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