Por José Irán Moreno Santos
A un mes de haberse llevado a cabo las elecciones en México y el conocer los resultados arrasadores de esa jornada electoral, que sorprendió a la oposición y a los mismos ganadores; lo que pasó nos debe dejar importantes lecciones para elaborar propuestas políticas para evitar lo sucedido o liberar la desconfianza que ha existido en nuestro país desde ese 6 de julio de 1998, que se instalaron los fraudes electorales desde el poder, ese hoy histórico 2 de junio debe ser el punto de partida para pensar en un México diferente al de los últimos 40 años, partidos, diferentes, sociedad civil verdadera y ciudadanía politizada de los temas de gobierno.
Estas elecciones nos han dejado una ley electoral muy porosa, donde los actores gubernamentales de todos los niveles comenzando por el Presidente de la República, los gobernadores, los presidentes municipales y los siervos de la nación la violaron y hasta la fecha no hemos visto o conocido castigos o sanciones ejemplares.
Nos dejó instituciones electorales lesionadas por su falta de efectividad, contundencia, sanciones y castigos a los transgresores de las leyes electorales.
También dejó y mostró la vulnerabilidad de mujeres y hombres que buscaban ser presidentes municipales y que abandonaron esas candidaturas por amenazas a su persona o a sus familias por organizaciones criminales, lo que imposibilitó que los ciudadanos eligieran libremente a sus autoridades, prevaleciendo la fuerza y la presión que obligó a votar las candidatas o candidatos definidos por ellos.
También nos dejó importantes dudas sobre los dineros que utilizaron los partidos en las compañas políticas, particularmente los utilizados en la precampaña de Morena entre sus corcholatas y después los utilizados en la campaña formal y sobre todo en la movilización que hicieron el día de la elección los siervos de la nación y los operadores de los partidos coaligados que sin duda rebasaron los topes de campaña.
Nos dejaron toneladas de basura electoral y una sobre saturación de mensajes de radio y televisión que más que invitar a votar generaban animadversión a los partidos y a sus candidatos.
Un debilitamiento de los partidos tradicionales (PRI, PAN), fortalecimiento de los partidos satélites (Partido del Trabajo y Verde), la desaparición del Partido de la Revolución Democrática y la hegemonía de Morena.
Lo anteriormente expuesto hace necesario revisar de manera responsable si lo qué pasó el 2 de junio es correcto o incorrecto y emprender cambios en las leyes e instituciones electorales para acotar y sancionar las intervenciones deliberadas de funcionarios públicos o se permitirá en los futuros procesos.
Revisar y en su caso otorgar facultades a los organismos electorales de castigar a los trasgresores o violadores de la ley electoral y que el tribunal sea más eficaz y eficiente
Revisar y en su caso robustecer las instituciones de fiscalización a los partidos y a sus dineros para evitar la sobre exposición de candidatos y su inequidad. Verificar los dineros que se utilizan porque seguro muchos fueron del crimen organizado o de empresarios que fuera de la ley, hicieron aportaciones a cambio de futuros contrato o favores contractuales.
La necesaria revisión objetiva del funcionamiento de los partidos políticos y si son verdaderamente vehículos sociales para expresar proyectos de gobierno diferentes o si son empresas familiares o grupos de poder enquistados en ellos para simular democracia a cambio de rebanadas de poder y dinero.
El 2 de junio también nos dejó la enseñanza clara de que la vía democrática en su máxima expresión son las elecciones y que la mejor forma de elegir un gobierno es a través de la elección ciudadana de sus representantes y gobernantes informados sobre los proyectos que cada uno de ellos implementara.
Las elecciones no fueron solamente de personas o liderazgo sino de proyectos y quien supo mejor expresarlos, plantearlos y repetirlos fue quien obtuvo la mayoría.
No estoy claro si lo que paso el 2 de junio fue el fortalecimiento de la democracia, pero estoy cierto, que esta puede deteriorarse o se robustecerse con el nuevo gobierno, también nos dejó la sensación de que elegir y otorgar la mayoría en el congreso al movimiento que encabeza López Obrador no debería significar imponer por la línea de las mayorías una visión o un proyecto de gobierno sin que éste sea acordado, consensuado o definido por los diversos actores sociales que convivimos en nuestra sociedad.
Vivimos en democracia más allá de que se cuestione al gobierno actual o al futuro gobierno, México está preparado para enfrentar los desafíos presentes y futuros, entre ellos nuestro país está preparado para ser gobernado por una mujer, está preparado para creer que puede tener un futuro mejor, pero también está preparado para denunciar a este gobierno de Claudia si no cumple con las expectativas que generó, esperemos que el ciudadano que mayoritariamente voto a favor del Movimiento de Regeneración Nacional su proyecto y su candidata tenga la capacidad de salir a las calles mañana si las instituciones democráticas construidas en los últimos 40 años están amenazadas, si busca en quitarle al INE su carácter ciudadano, si buscan desaparecer las instrucciones de transparencia pública y rendición de cuentas y derechos humanos entre otras.
La democracia se construye todos los días, pero también se defiende todos los días y está en riesgo todos los días, la tentación autoritaria de los no demócratas se despierta a la misma hora de quien gobierna, esperamos que los actores políticos, los que hoy disminuyeron sus preferencias electorales tengan la capacidad de renovarse y convertirse en verdaderos vehículos democráticos de participación social y aquellos partidos que obtuvieron la mayoría sepan hacer política con la explicación, la transparencia, diálogo, negociación y el acuerdo pero sobre todo con el convencimiento y no la imposición.
Esto nos dejó el 2 de junio, de lo que paso.
NOTA DE PROTESTA
La democracia en nuestra América condeno el intento del Golpe de Estado en Bolivia, las derechas y las oligarquías de nuestra región deberían deslindarse porque si creen que los militares saben gobernar, están equivocados, la historia ha demostrado lo contrario y también se han ido contra ustedes, porque los dictadores no tienen amigos, socio o intereses solo tienen el poder de las armas y las apuntan igual para todos. Cuidado esta no es la salida para enfrentar a los gobiernos de izquierda democrática, progresistas o populares, pero tampoco los gobiernos de izquierda democrática, progresista o populares deben depositar en los militares poder civil a cambio de estabilidad o gobernabilidad porque eso nos encamina al totalitarismo y a una semi dictadura militar.
¡Presos políticos libertad en Nicaragua, así como por una Nicaragua Libre!
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