Por Catalina Rosas
El 16 de julio en la Ciudad de México la Dra. Claudia Sheinbaum, se reunió con mujeres de 60 a 64 años, para hablar de la Pensión para el bienestar de las mujeres adultas mayores de 60 a 64 años; programa social del cuarto piso de la transformación, primer política social de carácter universal entre otras reformas de la primer Presidenta mujer en la historia republicana de nuestro país. Ahí las llamó cuidadoras de la nación, porque ellas han dedicado su vida al cuidado de sus familias de sus pueblos y sus comunidades, por ello es hora de retribuirlas y reconocer su trabajo de cuidados, para que puedan gozar de mayor autonomía.
A esta reunión asistieron mujeres de diversos sectores entre ellas investigadoras especialistas en crecimiento demográfico de la UNAM, como la Dra. Verónica Montes de Oca Zavala, Coordinadora del Seminario interdisciplinario de envejecimiento, la vejez y las personas mayores, que manifestó que México experimenta un fuerte posicionamiento a nivel internacional en el tema de las mujeres, considerado fundamental en el desarrollo y la construcción de prosperidad con derechos para personas mayores en muchos países de América Latina y el Caribe y por supuesto de nuestro país.
De acuerdo a las estadísticas de género y por sexo en México, las mujeres de 60 y más son 7.6 millones, dato superior a los 6.5 millones que representan los hombres. La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2016, demuestra desde hace décadas que se vive una feminización del envejecimiento como resultado de la mayor esperanza de vida que han alcanzado las mujeres en edad avanzada.
La esperanza de vida en México para las mujeres es de 78.4 y 72.6 para los hombres. Algunas estimaciones apuntan que después de los 60 años de vida, se pueden vivir hasta 25 años más. La razón de feminidad en el envejecimiento advierte una mayoritaria presencia de mujeres en edades longevas, lo que implica la necesidad de cuidados y atención gerontológica y geriátrica con un enfoque de género.
El grupo de más rápido crecimiento demográfico en todas las poblaciones del mundo son las mujeres mayores con 80 años y más. El envejecimiento y la mayor esperanza de vida femenina, ocurre en condiciones heterogéneas y de desigualdad a nivel social, económica y de salud, pero además las mujeres mayores vivimos procesos de discriminación múltiple y de desigualdades acumuladas que se acrecientan conforme vamos envejeciendo.
Además de la feminización del envejecimiento, también se vive en nuestro país una feminización de la pobreza, sobre todo en edades avanzadas. Las mujeres mayores tienen menos acceso a la seguridad social, reciben menos pensiones y continúan laborando en actividades precarias que merman su tiempo para el autocuidado y la atención de su salud, los roles de género se han concentrado desproporcionadamente en las mujeres. Las adultas mayores siguen participando activamente en actividades no remuneradas como cuidadoras, lo que promueve condiciones de pobreza, autonomía y cuidado en la vejez.
En México todas las mujeres dedicamos el 25%, de nuestro tiempo al trabajo doméstico y a los cuidados de otros miembros del hogar; mientras que el 8% lo hacen los hombres.
En el tiempo histórico que nos tocó vivir y las estrategias del modelo neoliberal, muchas personas mayoritariamente las mujeres no cuentan con una pensión con alguna institución de seguridad social. La desprotección a las mujeres de mayor edad las somete a perder su autonomía en toma de decisiones de los que les conviene y a lo que tienen derecho.
El Programa de apoyo bimestral Pensión para el bienestar de las mujeres adultas mayores de 60 a 64 años, es pionero y original que reconoce y visibiliza el papel sustantivo que han tenido las mujeres en nuestra sociedad, la familia y sus comunidades.
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