Por Héctor Tapia
Si bien todavía no se digieren los resultados del proceso electoral 2024, ya hay quien o quienes están apresurados a ir alimentando algunas narrativas al interior de Morena de cara la sucesión por la gubernatura.
En esta ruta se han comenzado a tensar las relaciones internas al interior del partido mayor de la coalición Sigamos Haciendo Historia, que integran Morena, el Verde Ecologista y el Partido del Trabajo, particularmente en el primero de estos, porque es de donde saldrá quien abandere el esfuerzo electoral.
En este contexto, lo único cierto es que para la definición de la candidatura, y primeramente el género de la misma, es que esto recaerá en la dirigencia nacional de Morena, y también tendrá el aval y respaldo de quien para ese momento será constitucionalmente la presidenta: Claudia Sheinbaum Pardo.
Por un lado, si bien es cierto que la presidenta tiene en su línea narrativa o discursiva que es “tiempo de las mujeres”, también es cierto que se debe contemplar la paridad en las postulaciones.
Hace unos días Juan Pablo Celis, dirigente de Morena en Michoacán, hizo una declaración que fue tomada literal, pero él fue claro en lo que dijo; de manera concreta refirió en la declaración que aún no son los tiempos, y dos, a pregunta específica, que el movimiento en la entidad tenía mujeres con la suficiente fuerza para eventualmente ser las abanderadas, sin que significara que sería una mujer la que se postularía.
Ésta última línea de interpretación fue la que se alimentó inmediatamente por diversos medios, en el sentido de que una mujer sería la abanderada, lo cual no es -cuando menos todavía- cierto.
Contrario a esto, hay otros que piensan que sería hombre el abanderado.
En el terreno real, ninguno de los dos escenarios es descabellado ni ilógico. Pero lo que no hay que perder de vista es que es muy temprano para alimentar esa discusión, porque alargará las ya de por sí existentes confrontaciones internas y derivar en rupturas que no tendrían que existir y profundizarse.
Esta definición de género de las candidaturas a las gubernaturas en juego para el 2027 recaerán directamente en la dirigencia nacional del partido, la cual se habrá de renovar el próximo mes; y también, aunque no se diga de forma clara, el visto bueno de Claudia Sheinbaum.
Es decir, las condiciones políticas que se tomarán en cuenta serán distintas ya para ese momento, y cambiarán, seguramente, para el 2025 y el 2026, que es cuando ya debe estar definido el género y también se tendrán los nombres de quienes lograron crecer políticamente para ser considerados y consideradas para la postulación que se dará.
Dicho de otra forma: todavía quedan por vivirse u observarse varios momentos, a partir de los dos próximos meses, tras la llegada de Claudia Sheinbaum, que irán dando rutas o señas sobre por dónde irá definiéndose la candidatura en pugna.
Y, siendo claros, si alguna persona que ha manifestado su interés, público o privado, comete un error político, podría costarle caro… políticamente hablando.