Por José Luis Montañez
Hace apenas unos cuantos días, la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, realizó un anunció a nivel nacional que sorprendió y en cierto sentido recuperó la esperanza y confianza del magisterio mexicano en el sistema educativo mexicano: “La Usicamm se va, se acabó el Usicamm y vamos a construir juntos un nuevo sistema que tome en cuenta a las maestras y los maestros, sin caer en las viejas prácticas de corrupción”, fueron las palabras de la Dra. Sheinbaum.
Pero ¿qué es la Usicamm y cuáles fueron las razones por las que no funcionó en México, ni en Michoacán?
A partir de la reforma educativa del año 2019, se aprobó la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, que sustituyó la reforma educativa de Peña Nieto y la Ley del Servicio Profesional Docente. Gracias a esta nueva Ley, se creó la USICAMM como un órgano administrativo desconcentrado con autonomía técnica, operativa y de gestión, adscrito a la Secretaría de Educación Pública, que tiene a su cargo la regulación de los procesos de selección para el ingreso, promoción, reconocimiento, cambios y asignación de horas adicionales del personal que ejerza la función docente, directiva o de supervisión, en la educación básica y media superior.
Según esta Ley, el Sistema para la Carrera de las y los Maestros debería ser un instrumento del Estado mexicano para que el magisterio en general lograra a través del reconocimiento de sus méritos, acceder a la revaloración docente y con ello contribuir a la excelencia en la educación, de una forma más justa y equitativa, terminando con ello, la época del terror de las reformas estructurales peñanietistas, que proponía la “evaluación punitiva”, es decir, la evaluación permanente, obligatoria y sancionadora, para mantenerse activo en el servicio docente, so pena de ser despedido, sino se acreditaba la misma.
La encargada de hacer realidad los objetivos de la nueva ley, es esta unidad responsable a la que todos conocemos como USICAMM o UESICAMM en el caso de Michoacán.
La USICAMM, sin embargo, no ha sido la única instancia, ni programa, ni mecanismo, que ha establecido la legislación y el sistema educativo, para promover la profesionalización de la función docente y alcanzar la excelencia del magisterio en todo el país; ya en el año de 1992, se creó el Programa Nacional de Carrera Magisterial y previo al Programa de Carrera Magisterial existía un sistema de promoción y otro de estímulos: Escalafón Tradicional y Esquema de Educación Básica respectivamente. Todos estos sistemas fueron sustituidos en el 2013 por el Servicio Profesional Docente y en 2019 por la USICAMM.
Los sistemas de carrera magisterial, tampoco han sido exclusivos de nuestro país, en Finlandia, por ejemplo, la formación y la selección de los docentes, se hace por conducto de las Universidades, desde el ingreso al nivel superior, no hay un sistema de carrera docente específico, puesto que éste se abolió en los 90’s, mientras que en otros sistemas educativos del mundo, como el caso de Luxemburgo, Canadá y Alemania, la remuneración docente, si está asociada a la evaluación, formación y desempeño docente y en el caso de Latinoamérica, se han desarrollado diversos programas y legislaciones, similares a la de México, para impulsar la evaluación y la mejora salarial del magisterio, ahí tenemos por ejemplo, los casos de países como Uruguay, Argentina, Brasil, Costa Rica, Panamá, Colombia y El Salvador, en los que por cierto, se paga en promedio mejor a sus docentes que en México, pero también los someten a diversos procesos de selección y evaluación del desempeño, permanentes.
En el caso mexicano, la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros “USICAMM”, según la opinión de especialistas como Abelardo Carro Nava, Raandolph Méndez González, Diego Armando Piñón López y Manuel Gil Antón, entre otros, ha venido presentando hasta la fecha, múltiples deficiencias y complejas problemáticas, debido a la evaluación docente incompleta que realiza, solo centrada en los modelos del perfil profesional (formación) y la práctica docente (medida por la antigüedad en el servicio, que no necesariamente refleja la experiencia en el aula y las competencias docentes), el diseño deficiente de su marco normativo, la aplicación irracional de sus reglamentos, la falta de planeación, dirección y operación del programa por parte de la Unidad responsable, la falta de presupuesto institucional para la operación del programa y la exclusión de diversos sectores del magisterio, que han generado entre otras consecuencias, no solo la inconformidad del propio sector magisterial y el ineficiente funcionamiento de la USICAMM, sino la falta de cumplimiento de su misión principal, del objeto para el cual fue creada, que es la revaloración del magisterio, la profesionalización docente y la excelencia educativa.
En el caso particular de Michoacán, la UESICAMM, ha presentado también diversas problemáticas en su funcionamiento, tal es el caso de la suspensión de los procesos de selección y contratación de personal docente, la falta de presupuesto, los conflictos sindicales, la falta de información adecuada de las convocatorias, la falta de evaluación integral y la inadecuada atención de las áreas responsables y la falta de sistematización de sus procesos de ingreso y promoción, que han generado, entre otras implicaciones, la contratación de docentes sin la calidad exigida o bien el desánimo del propio gremio magisterial.
Si bien la autoridad educativa ha llegado a considerar que la USICAMM, superó y mejoró el servicio profesional docente, al haber sustituido la evaluación punitiva y obligatoria por un sistema de incentivos y reconocimientos, y al haberle permitido retomar la rectoría de los procesos que regula el actual sistema a las Secretarías de Educación, los docentes en general, en Michoacán y en muchas partes del país, la siguen considerando como una Ley y un Sistema violatorio del artículo 123 constitucional, en cuanto a sus derechos de escalafón, al no ser precisa en sus criterios de ascensos, incrementos, recategorización, cambios y/o movilidad laboral, particularmente, por no existir una adecuada ponderación o evaluación de los criterios multifactoriales que se evalúan, para acceder a sus beneficios, particularmente en cuanto a la antigüedad en el servicio.
Algunas otras de las inconformidades del magisterio, al menos en Michoacán, se relacionan con la falta o la escasa información existente respecto a la publicación de sus convocatorias, el no contar con un presupuesto suficiente para considerar a todos los docentes que quieran participar en los procesos – sólo se destinan 1.5 millones de pesos mensuales para promociones horizontales -, incentivos insuficientes para los beneficiarios de la promoción horizontal, que varía entre los 1,000 y los 1,500 pesos quincenales adicionales al salario y un padrón de beneficiarios que apenas supera los 1,000 docentes en 3 años, de un universo de más de 80 mil docentes michoacanos en la educación básica.
Hoy en Michoacán, el 55% de las maestras y maestros de preescolar, primaria y secundaria, no están satisfechos con la respuesta que han recibido a sus trámites y gestiones en los procesos que han participado, dentro de la UESICAMM, ni consideran suficiente la remuneración salarial que reciben, a partir de su promoción horizontal o vertical, más aún, el 65% de ellos, han manifestado que si bien si son evaluados en su desempeño docente, el resultado de esa evaluación no se traduce en la obtención de incentivos adicionales, ni laborales, ni profesionales, ni económicos, pues tampoco reciben retroalimentación para mejorar su práctica docente, ni prestaciones adicionales y por lo mismo, no consideran que su ingreso a la UESICAMM represente un acto de revaloración docente, contribuya a la profesionalización del magisterio o mejore los indicadores de desempeño académico en los estudiantes, por lo que en consecuencia, no se ha logrado ese anhelado paso a la excelencia educativa.
Por otro lado, no son pocas las opiniones que denuncian de manera constante actos de corrupción dentro y fuera de la UESICAMM, que ha propiciado sobre todo, la asignación de cambios de centros de trabajo irregulares o fuera de norma, que en los últimos días, incluso, generó la suspensión del salario de cientos de trabajadores por parte del FONE y que los inhabilita para participar en cualquier proceso de este sistema.
Toda esta problemática, ha ocasionado que, entre otras cosas, se impida a una gran cantidad de docentes de la educación básica, participar en alguno de los procesos de UESICAMM, que no se pondere de forma adecuada su experiencia y antigüedad en la función docente y que en varias ocasiones no se logren los ingresos, los cambios o los beneficios para los cuales se participó en el sistema de carrera, frente a la falta de un ordenamiento administrativo, que se requiere urgentemente dentro del propio sistema educativo.
El planteamiento central, frente a toda esta problemática, sería entonces: ¿Qué se debe hacer, para mejorar el Sistema de Carrera Magisterial, en sustitución de la USICAMM?
Las respuestas al respecto han sido múltiples y muy diversas, pero entre las principales propuestas de los actores del sistema educativo, hoy se demanda que se recupere el sistema de escalafón docente para el otorgamiento de beneficios laborales; que se implementen las comisiones bipartitas en todos los procesos del sistema de carrera; que se derogue la ley del sistema de carrera para las maestras y los maestros y se apruebe en su lugar una nueva legislación para la carrera magisterial; que se contemple a los trabajadores docentes de educación inicial, a los docentes estatales y a los docentes en funciones de asesores técnico pedagógicas y de investigación; que se cree una vertiente en el sistema de carrera para los trabajadores administrativos del sector educativo o de apoyo a la educación; que se clarifiquen y en su caso se amplíen los criterios de evaluación y ponderación para otorgamiento de beneficios en la promoción horizontal y vertical, cambios y horas adicionales; que se permita el ingreso al sistema de carrera, de docentes provenientes de las escuelas normales particulares, de la UPN, del IMCED y de otras instituciones de formación docente públicas y privadas; que se incremente el número de ingresos (plazas) y promociones verticales de acuerdo a las necesidades de cada nivel educativo, que se incremente el monto económico de la bolsa general y de los beneficios individuales de los docentes que resultan beneficiarios de la promoción horizontal, que se efectúe la reubicación de una buena parte del personal administrativo de la unidad responsable, que se fortalezca el compromiso institucional de dar mayor capacitación e incentivos al personal responsable de implementar el sistema de carrera, a fin de eficientizar sus funciones y resultados y terminar con la corrupción; contemplar dentro de la nueva ley y de sus lineamientos, así como en sus convocatorias, procesos de cambio dentro de la misma zona escolar y/o dentro del mismo municipio; que se de mayor peso o ponderación a los criterios de la antigüedad, desempeño laboral y formación profesional, tanto para cambios, como para promoción vertical y horas adicionales; que se implemente la retroalimentación permanente en la evaluación del desempeño, para mejorar la práctica docente y sobre todo, que se continue con los procesos de regularización de claves o cambios, en diferentes estrategias de ordenamiento administrativo, entre otros.
En conclusión, el magisterio mexicano y la sociedad en general, así como lo ha propuesto nuestra próxima mandataria nacional, demandamos hoy, la aprobación de una nueva legislación y de un nuevo sistema de carrera, mucho más justo, que haga posible las tres aspiraciones principales de todo sistema docente: REVALORACIÓN DOCENTE, PROFESIONALIZACIÓN DEL MAGISTERIO Y MEJORES RESULTADOS EN LA EDUCACIÓN.