☞ ENTRELÍNEAS | La ruta que nunca debió seguir el PRD y sus facturas actuales…

64

Por Héctor Tapia

Se tuvo que llegar a la lona y perder casi todo en el camino, incluso la identidad, para reconsiderar, para hacer un “mea culpa”, “arrepentirse” en público de lo hecho en el pasado y de las alianzas que se impulsaron, para poder intentar retomar el camino que nunca debieron dejar.

El costo de esta “recomposición” del camino para el PRD era salir públicamente a recibir las críticas, fundadas, por su determinación de sumarse en la Cámara Alta a Morena con las dos posiciones logradas en la última elección.

En el PRD la congruencia la habían perdido hace más de una década, y sostuvieron y se repitieron una y otra vez que la ruta que habían iniciado, de pactar con el PAN y PRI, era la correcta, hasta que la realidad les golpeó tan fuerte que cuando abrieron los ojos se habían quedado sin registro nacional.

Pero el recuperar la ruta que nunca debieron dejar no iba a ser tan fácil, y mucho menos tersa.

Las críticas por la adhesión de Araceli Saucedo Reyes y José Sabino a la fracción de Morena en el Senado claro que son fundadas, porque el electorado que votó por ellos fue porque se les alimentó la idea de que representarían una oposición al actual régimen, narrativa que dudo mucho de fondo hayan creído, porque sus líneas discursivas e ideológicas con Morena son prácticamente las mismas, tienen muchas similitudes.

Pero hay que apuntar y hacer un poco de memoria: no sólo en Michoacán, si no a nivel nacional, gran parte de las expresiones internas del PRD nunca estuvieron de acuerdo con aliarse con el PAN y el PRI, y los militantes lo fueron reclamado elección tras elección posterior al Pacto por México.

Muchas de estas expresiones, sus liderazgos, fueron renunciando paulatinamente, luego de la elección del 2012, para adherirse al movimiento que era más afín en su ideología: Morena. Lo que llevó a que éste último, por su pragmatismo, creciera hasta convertirse en el principal partido político – movimiento del país.

Desde la salida de Andrés Manuel López Obrador del PRD y la fundación de Morena, el PRI y el PAN sí aprovecharon la ambición de unos cuántos de los liderazgos del PRD, que se alimentó por el orgullo herido de haber sido quien dio origen a un movimiento (Morena) que terminó por desmembrarlo.

En ese entonces la cúpula herida del PRD mordió el anzuelo y se enroló en una ruta que le llevó a la extinción nacional.

Hay algunas líneas que han surgido posterior a la determinación de la perredista Araceli Saucedo que reflejan en parte este arrepentimiento de haberse aliado con la derecha, y anticipan a su vez la reconformación de los bloques políticos a nivel nacional.

Araceli Saucedo dijo que no se podía pensar en ser de derecha cuando el origen es la izquierda, mientras que Antonio Soto, quien llegó a ser dirigente del PRD en Michoacán y que luego renunció para sumarse al movimiento cuatroteísta en el estado, dijo que “los de izquierda somos los mismos desde hace años”.

Ahora sí, al PRD Michoacán le tocará cargar con las culpas derivadas de las determinaciones tomadas por las cúpulas nacionales de su extinto partido a nivel nacional. Le tocará asumir que llevaban años caminando en sentido contrario a donde quería caminar su militancia.

En suma, al PRD Michoacán, a lo que le queda, le costará mucho regresar a su origen, y su camino posterior no será fácil; además, no hay que perder de vista que el electorado no olvida y cobrará las facturas que tenga que cobrar en próximos procesos electorales.

Hoy se lee entrelíneas que el PRD Michoacán reconoce, con cierta vergüenza, que nunca debió caminar con el PAN y el PRI, y que pese a todo lo dicho por sus dirigentes en contra de Morena y contra Andrés Manuel López Obrador, su existencia en la vida pública dependerá de regresar a su origen, a ese punto que comparten con el morenismo.