Héctor Tapia / Metapolítica
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Michoacán, en voz de su dirigente, Guillermo Valencia Reyes, se dijo preocupado por el clima de inseguridad que enfrentan los alcaldes frente a las amenazas y presiones que ejercen los grupos delincuenciales sobre ellos.
Esto lo externó luego del asesinato de Alejandro Arcos Catalán, alcalde de Chilpancingo, Guerrero, aspecto que a consideración del dirigente partidista podría replicarse en otras partes del país, incluido Michoacán.
En este sentido, dijo que en el caso de esta entidad se tiene a un alcalde que está sin seguridad y vulnerable, pese a los requerimientos que se han hecho a las mismas autoridades para que se le proteja.
“Si algo le pasa haré responsable a las autoridades que tienen conocimiento de esto y que no han hecho nada para resolverlo”, explicó en conferencia de prensa.
En conferencia de prensa dijo condenar el asesinato de Arcos Catalán, quien hace apenas unos días había asumido el cargo.
Lo sucedido, dijo, “deja claro que el gobierno está siendo rebasado por los grupos del crimen organizado”.
“El gobierno federal debe tomar cartas en el asunto, porque esto se puede repetir en algunos lados; no sólo es Sinaloa, Guerrero, sino también en Michoacán se cuecen habas”, apuntó.
Puso el ejemplo de Cotija, donde el alcalde que ganó no ha asumido por la situación de inseguridad que se vive en esa localidad, y que a consideración del dirigente el gobierno “ha venido ignorando”.
En contraste, aseveró, se tiene información de que en Morelia “han empezado a cobrar cuotas, y la autoridad está siendo omisa en su responsabilidad de procurar justicia”.
Por ello es que hizo un llamado a la autoridad para que “haga su trabajo”.
Fue aquí cuando dijo que en Michoacán “hay alcaldes en riesgo, que están siendo víctimas del asedio y acoso de los criminales, y el gobierno en lugar de responder con la fuerza del estado, los deja en estado de indefensión”.
