Por Alejandra Herrera
El 15 de octubre, la presidenta Claudia Sheinbaum sostuvo su primer encuentro formal con la Iniciativa Privada durante la 14ª edición del U.S.-Mexico CEO Dialogue, un evento que reunió a más de 240 empresarios de México y Estados Unidos. Este diálogo marca el inicio de una relación clave entre el gobierno y el sector privado, resaltando la importancia de encontrar un equilibrio entre la inversión privada y el compromiso del gobierno con el desarrollo social. Es un primer paso, pero los retos que enfrenta Sheinbaum son tan grandes como las oportunidades.
Desde el inicio de su mandato, Sheinbaum ha expresado su intención de fortalecer la relación con los inversionistas y atraer capital extranjero, especialmente en sectores como la energía y la infraestructura. Esta apertura si bien es vista como un cambio, en comparación con el sexenio de AMLO, no deja de significar que el verdadero reto va más allá de abrir la comunicación.
Uno de los mayores desafíos que enfrentará la actual administración es manejar las consecuencias de la reciente reforma al Poder Judicial y la desaparición de organismos autónomos. Estos cambios han generado tensiones internas y sembrado dudas entre los inversionistas sobre la estabilidad jurídica en el país. Además, la reabsorción de funciones de estos organismos por parte del Estado, supone un ajuste administrativo que tomará tiempo y que, si no se gestiona adecuadamente, podría retrasar proyectos estratégicos y erosionar la confianza que se intenta construir.
El desarrollo social también es un pilar fundamental de su administración y si bien ha dejado claro que las políticas de inclusión y apoyo a los más vulnerables seguirán siendo prioritarias, el reto será asegurarse de que el crecimiento económico no ocurra a costa del bienestar social, pues si no logra distribuir los beneficios del crecimiento de manera equitativa, la narrativa de justicia social que la llevó al triunfo corre el riesgo de quedarse en promesas de una prosperidad compartida.
Además de los retos internos, el contexto internacional añade complejidad. La posible vuelta de Donald Trump al poder en Estados Unidos no solo pone en riesgo la estabilidad del T-MEC, sino también la estrategia de nearshoring que México busca consolidar, especialmente en el sector automotriz. Si bien la presidenta ha resaltado la complementariedad entre las economías, su gobierno deberá estar preparado para enfrentar cambios intensos en el comercio, mientras asegura la estabilidad jurídica necesaria para que México siga siendo un destino atractivo para la inversión extranjera. Nada fácil.
El evento de ayer tiende puentes, pero deja ver que debajo de ellos el gobierno de Claudia Sheinbaum enfrenta un reto monumental. Hoy, la presidenta tiene la oportunidad de demostrar que es posible avanzar hacia un modelo de desarrollo inclusivo, donde la inversión privada crezca sin dejar de lado a los sectores más vulnerables y al fin, lograr cerrar de a poco las brechas de desigualdad social, pues de acuerdo con el CONEVAL en el primer trimestre de 2024 aún el 35.8% de la población mexicana no pudo adquirir la canasta alimentaria haciendo uso de todo su ingreso laboral en el hogar.
Si la presidenta logra los objetivos presentados, podría inaugurar una nueva era de estabilidad y prosperidad para México, y sin lugar a dudas sus acciones en los primeros meses serán decisivas para el rumbo del país en los próximos años. Al tiempo.
Fuente:
URL:https://www.coneval.org.mx/SalaPrensa/Comunicadosprensa/Documents/2024/Comunicado_0
Fecha de acceso:October 16, 2024 (“El CONEVAL presenta información referente a la pobreza laboral al primer trimestre de 2024”)