Por Oscar Carbajal
La semana inició fuerte. Con la lectura del dictamen que presentó en el Congreso del Estado con la intención de reformar al Poder Judicial del Estado de Michoacán, lo cual, será implementada en dado caso de obtener la votación necesaria, para que se convoque a elecciones extraordinarias el próximo mes de junio de 2025.
Aquí se abre una interrogante ¿Estamos listos para una nueva elección? Tanto como ciudadanía, como para los organismos electorales, esto representará un reto para validar un acto inédito en la historia de nuestro estado. Entre los dimes y diretes que se han dado lugar en los debates públicos y privados, porque esto no solamente ha sido tema de Congresos y Juzgados, sino hasta de mesas de comida en las casas de cada uno de los habitantes de México, existe esta duda, si en verdad estamos listos para poder realizar la elección.
Pero hay algo que debemos revisar y en cierta parte celebrar, eso es, la vida que se le da a los organismos electorales. Tanto al Instituto Electoral de Michoacán, como al Tribunal Electoral del Estado, se les auguraba poca vida y que pronto sería cancelada su suscripción en esta cuenta llamada Función Pública; al menos eso se mencionaba una y otra vez, con las llamadas a aprobar en el Congreso Federal los planes a y b, en el tema electoral.
Menciono que se debe celebrar, por la siguiente razón, al menos para el tratamiento de los derechos político-electorales, tenemos a autoridades autónomas que vigilaran el cumplimiento de los principios rectores, que son:
Que la elección tenga certeza, desde el cómo se llevará y hasta quienes son las o los ganadores.
Que sean imparciales, es decir, que los aparatos de gobierno no se involucren a favor o en contra de alguna candidatura y si esto llega a pasar, serán sancionados de acuerdo a los términos establecidos en las leyes.
Que se cumpla con la legalidad, todo estará apegado a derecho de acuerdo a lo mandatado por la Constitución y los ordenamientos que se establezcan para ello.
Y que la equidad en la contienda, garantice un piso parejo para toda aquella persona que busque llegar al cargo de Juez o Magistratura en el Estado.
La función de los órganos electorales, muchas veces pasa desapercibido en todo lo que realizan en la labor de renovar los cargos de elección popular que son representativos de la sociedad. En este caso, si serán cargos de elección popular, pero con un ingrediente adicional, ahora no se busca que nos representen las personas que resulten electas, sino que, nos impartan justicia de la mejor manera, siendo los perfiles que de acuerdo a lo señalado en la reforma que se le ha dado lectura, cuentan con las capacidades necesarias para ello, además de la popularidad que se requiere para que se confíe en su trabajo.
Sin dudas, el reto es mayúsculo, pero el saber que los institutos electorales seguirán vigentes, no puede pasar por alto, y como ciudadanía, no queda más que colaborar en medida de lo posible ante este ejercicio que se presentará si el cause que lleva el rio, se mantiene como hasta ahora.
Hay temas que quedaran pendientes para poder revisar, como la manera en que las campañas se realizaran, los acuerdos que emitirá el mismo Instituto Electoral, el método que se usara para mantener a los partidos políticos fuera de la contienda debido a que no tendrán representantes ante el Consejo General ni en las casillas o si cabe una reforma electoral en el estado ante las barreras constitucionales que aún existen.
Hoy, la democracia presenta un nuevo desafío y confío en que estará a la altura de esto, como hasta hoy, innovando y marcando historia; pero también, como lo dijera el Doc Brow cuando le cuestionaron sobre el DeLorean, si algo se debe hacer, al menos hagámoslo con estilo.