Por Catalina Rosas
Nuestro país es quizá en el mundo, donde mayor impacto tiene el regreso de Trump a gobernar los Estados Unidos de Norteamérica.
Razones estructurales como: una frontera compartida de 3.000 km, es su mayor socio comercial, porque millones de familias tienen integrantes en ambos países.
Además razones coyunturales como su agenda agresiva hacia México, incluyendo altos aranceles a las importaciones desde ese país y deportación de mexicanos indocumentados. Nuestra presidenta Dra. Claudia Sheinbaum, en conferencia de prensa del pueblo: dijo que México siempre será un país independiente y soberano, y habrá buena relación. Destacando que no se compite entre ambos países, si no que se complementan y que al mismo tiempo hay unidad y fortaleza de la economía mexicana.
De acuerdo con el doctor en relaciones internacionales Juan Gabriel Tokatlián, son cuatro ámbitos sobre los cuales va a girar la relación entre México y Estados Unidos durante los próximos 4 años, entre ellos:
1. Economico, los inversionistas extranjeros creen que las restricciones comerciales prometidas por Trump podrían afectar el desempeño de la economía mexicana, por razones como las remesas que los mexicanos envían cada mes a sus familiares siendo uno de los pilares de la economía de consumo en México, las que de acuerdo a cifras oficiales, representan entre el segundo y tercer mayor ingreso después del turismo y las ventas del petróleo. Esta fuente de ingresos se puede ver afectada por las deportaciones y los aranceles de Trump, que en campaña también dijo que piensa imponer aranceles del 25% a las importaciones de México si el país no detiene el tráfico ilegal de migrantes. Además de amenazar con sancionar el transbordo de productos chinos a través de México e imponer una tarifa de 500% a los automóviles producidos por empresas chinas en México. Según el centro de estudios Capital Economics, un arancel del 10% a los productos importados de México significaría una reducción del 1.5% del PIB. Durante el primer gobierno de Trump, la guerra comercial con China benefició a México, las empresas que producían allá acercaron sus fábricas a EE.UU. estableciéndolas en nuestro país. Gracias a esto, el año pasado México se convirtió en el mayor importador a Estados Unidos del mundo, entre otras razones porque goza de un Tratado de Libre Comercio que facilita la importación de productos de un país a otro. El TLCAN, tendrá que ser ratificado en 2026 por los tres países. Aunque en 2020 Trump accedió a firmarlo, lo más probable es que ahora lo use como mecanismo de negociación frente a dos de sus grandes obsesiones: la batalla comercial con China y la migración.
2. Migración. El otro gran eje de la relación bilateral va a ser la migración.Trump prometió deportar un millón de migrantes indocumentados al año y dijo que va a reanudar la construcción del muro fronterizo entre los dos países. Ambas promesas son difíciles de cumplir, según expertos, porque son costosas y pueden afectar a la economía estadounidense, que en parte depende de la mano de obra migrante.
Se estima que 5 millones mexicanos están en Estados Unidos en situación irregular.
La Presidenta Claudia Sheinbaum ha informado que va a insistir en el diálogo y va a informar lo que ya está haciendo en la materia. Elgobierno de Andrés Manuel López Obrador logró reducir el flujo de personas que ingresaba a Estados Unidos hasta en un 70%.
3. Narcotráfico. El tráfico ilegal de drogas. Más de 80.000 personas murieron en Estados Unidos el año pasado por consumo del fentanilo, un potente opioide que según se produce y trafica desde México. Trump prometió que va a bombardear los laboratorios de fentanilo en México, bloquear los puertos mexicanos que transporten sus precursores y designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. Ninguna de estas iniciativas ha sido comentada por Sheinbaum, pero al menos en principio suenan como medidas que en México tocarían la sensible fibra de la injerencia. En julio, la relación bilateral entró en crisis debido a la detención en Estados Unidos del capo mexicano Ismael “El Mayo” Zambada. La operación no fue notificada al gobierno mexicano y eso generó un extrañamiento del gobierno de nuestro país. Aunque los dos gobiernos tendrán nuevas administraciones, cuando Trump tome posesión en enero, el tema inevitablemente va a ser abordado.
Fuente de la y Images
4. Política
Todo lo anterior va a depender de la relación que establezca la Presidenta Claudia y el Presidente Trum, quienes, en principio, son muy destinos: Él, conservador y capitalista, ganó en parte gracias a su rechazo de lo que llama “feminismo radical”; ella, de izquierda y crítica del neoliberalismo, y con una profunda convicción y preocupación por la causa feminista.
En los dos años y medio que AMLO y Trump coincidieron se estableció una relación cordial, pragmática, proclive a la negociación, que dejó a muchos sorprendidos por sus diferencias ideológicas. AMLO llegó a escribir un libro titulado “Oye, Trump” en el que explicaba la importancia de los migrantes para Estados Unidos y proponía medidas no policiales para atender la migración. Los expertos esperan que la Dra. Claudia Sheinbaum mantenga el pragmatismo del expresidente AMLO.
“Sheinbaum tiene suficiente carácter como para tener un diálogo interesante, importante, horizontal con él. Ella llegó con un fuerte apoyo popular y eso es algo que Trump no puede negar”. La relación bilateral ha pasado por todo tipo de coyunturas difíciles. En 2016 se creyó que Trump sería un problema para México y el resultado fue casi opuesto. Ahora llega un Trump distinto, quizá más ambicioso, y México es gobernado por la primer mujer presidenta, una científica progresista y ambientalista, que goza de un notable apoyo popular. Se viene, en todo caso, otra coyuntura interesante desafiante.