Movilizaciones y demandas laborales en torno al Día del Trabajo
Por Catalina Rosas
La Ley Federal del Trabajo en 1931 marcó un paso fundamental al establecer un marco legal claro para regular las relaciones laborales. Con más de 49 reformas hasta hoy, esta ley sigue siendo la piedra angular de los derechos laborales en México.
En 1948, México firmó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que incluyó principios laborales fundamentales. Como miembro de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) desde 1931, México ha ratificado 64 convenios vigentes, destacando el Convenio 87 sobre libertad sindical y el Convenio 98 sobre negociación colectiva.
Las marchas realizadas en diversas ciudades mexicanas, como Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, donde trabajadores y sindicatos se congregaron para exigir:
- Aumento al salario mínimo.
- Reducción de la jornada laboral sin disminución salarial.
- Mejores condiciones laborales y respeto a los derechos de los trabajadores.
Estas demandas reflejan la preocupación por la precarización del empleo y la necesidad de fortalecer las conquistas laborales en el país.
Las protestas laborales en otras regiones, como España y Colombia, donde miles de personas salieron a las calles para defender sus derechos laborales. En España, los sindicatos UGT y CC OO convocaron manifestaciones en 80 ciudades, centradas en la defensa de los derechos laborales frente al avance de políticas conservadoras y la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales sin pérdida salarial . En Colombia, las marchas estuvieron marcadas por el respaldo a la consulta popular propuesta por el presidente Gustavo Petro, tras el rechazo del Congreso a su reforma laboral.
Los retos que enfrenta el movimiento obrero en la actualidad, incluyen:
- La creciente informalidad laboral.
- La automatización y sus efectos en el empleo.
- La necesidad de adaptarse a nuevas formas de organización sindical.
Sin duda destaca la importancia de fortalecer la unidad y la acción colectiva para enfrentar estos desafíos y proteger los derechos de los trabajadores, en un entorno global cada vez más complejo
Durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, se implementaron 17 reformas a la Ley Federal del Trabajo para responder a las demandas laborales modernas. Entre los avances más notables destacan:
- Regulación del teletrabajo en respuesta a la pandemia de COVID-19.
- Reconocimiento de derechos para trabajadoras del hogar.
- Prohibición de la subcontratación abusiva.
- Incremento de vacaciones anuales.
- Establecimiento de que el salario mínimo no esté por debajo de la inflación.
La Dra. Claudia Sheinbaum ha presentado iniciativas transformadoras como:
- Reconocimiento de derechos para trabajadores de plataformas digitales, incluyendo seguridad social y participación en utilidades.
- Regulación para garantizar que las y los trabajadores puedan usar asientos durante la jornada laboral.
- Eliminación de la brecha salarial de género, enfrentando desigualdades históricas.
A pesar de los avances, la brecha salarial persiste. Según ONU Mujeres, en México las mujeres ganan en promedio 80% de lo que ganan los hombres, con ingresos mensuales de $6,300 frente a los $9,762 de los hombres.
La reforma impulsada por la Dra. Sheinbaum presidenta de México busca garantizar igual salario por trabajo igual, eliminando los obstáculos que perpetúan estas desigualdades estructurales.
Entre los derechos laborales más importantes destacan:
- Jornada máxima de 8 horas y descanso semanal.
- Salario mínimo y ajuste por inflación.
- Libertad sindical y derecho a la negociación colectiva.
- Igualdad salarial entre hombres y mujeres.
- Protección contra la discriminación y el acoso laboral.
Los derechos recién reconocidos incluyen:
- Seguridad social.
- Derecho a sindicalización y negociación colectiva.
- Mecanismos para prevenir acoso y discriminación.
La evolución de los derechos laborales en México es un testimonio de la lucha por la justicia y la dignidad de las y los trabajadores. Aunque los avances han sido significativos, persisten retos como la brecha salarial de género y la protección efectiva de derechos en sectores vulnerables. En esta nueva etapa de transformación, el compromiso con la igualdad y la justicia debe permanecer como prioridad, asegurando que cada reforma fortalezca el tejido laboral y social de México.