Por José Irán Moreno Santos
En las últimas dos semanas hemos presenciado un debate público entre el expresidente Ernesto Zedillo y la presidenta Claudia Sheinbaum en torno a la democracia mexicana.
El expresidente asegura que la democracia mexicana ha sido asesinada como producto de la reforma judicial, el cual dejará de ser un poder autónomo e independiente para convertirse en un poder al servicio del partido de gobierno, a la mayoría legislativa en turno y al titular del poder ejecutivo en turno más allá de que hoy gobierne Morena o en el futuro a otro partido que logre obtener el poder ejecutivo y las mayorías en el Congreso de la Unión, lo cual estará a los vaivenes de la política y los proyectos políticos de cualquier signo político y no al interés de la Constitución y las leyes que prevean una justicia imparcial, justa, ecuánime y de control constitucional de corrección de las contradicciones del legislativo y ejecutivo.
La presidenta, nuestra presidenta argumenta que no existe mayor democracia en el mundo que aquella donde los ciudadanos elijan no solo a sus representantes populares sino hoy a sus impartidores de justicia, desde la Corte hasta los jueces de barandilla más allá de su preparación profesional o experiencia en la materia.
Al parecer el debate en sustancia es que se entiende por democracia y cómo está se aplica en la política, las relaciones sociales y la relaciones entre gobernados y gobernantes, por lo tanto, es un debate de fondo y no de forma.
Podemos estar de acuerdo con la crítica expresada por el expresidente Zedillo y de acuerdo con lo expresado por la presidenta Sheinbaum, pero hay un elemento central que hacen de este debate público muy importante y es la naturaleza del Poder Judicial como órgano de control constitucional y de impartición de justicia que no debería estar a los vaivenes de la política y los políticos.
Este es el tema de fondo y ahí radica la crítica y claro en el modelo electoral para su conformación.
Los ministros de la Corte eran elegidos por método indirecto de elección que era pasar por el pleno del Senado a propuesta del ejecutivo, lo que obligaba a los actores políticos a buscar los consensos necesarios para la designación, este método indirecto era democrático porque contaba con la legitimidad de quien lo proponía y una segunda legitimidad de quienes los votaban en el Senado que representan el voto popular presidencial y el voto popular del Senado que representan a los ciudadanos de todo el país.
Lo mismo aplicaba para los tribunales locales lo cual ya implicaba una forma democrática de elección por lo tanto no veo porque se quiere hacer creer que si el ciudadano vota por ministros, magistrados y jueces el poder judicial será mejor autónomo e independiente.
El poder judicial más allá de sus graves problemas de credibilidad era un poder electo democráticamente por los votados popularmente, Ejecutivo y Legislativo y respondían a la Constitución y las leyes que de ella emanarán a través de los procesos legislativos correspondientes y por lo tanto no se debían a quien los votará sino a toda la nación mexicana.
Caso contrario a lo que sucederá con el nuevo poder Judicial no porque sean votados por el pueblo los miembros del poder judicial se deberán a sus electores ellos deben su responsabilidad a la Constitución y las leyes que de ella emanen y eso será difícil de empatar en la función cotidiana.
El ciudadano y las instituciones deben ceñirse a la ley y aceptar lo que definan los tribunales en sus diversas instancias y no recurrir al partido en el gobierno o al gobierno para que sean beneficiados, ahí la contradicción y por ende su problema de fondo.
El compromiso es con la democracia y de ahí este debate, y que se entiende de ella y está claro que hoy en México desde su gobierno hasta el ciudadano no hay compromiso y tampoco hay un mínimo consenso con la democracia y su contenido.
Al parecer la crítica expresada por el expresidente Zedillo tiene mucho sentido y no así la defensa de la presidenta Sheinbaum que no basta sacar graficas sobre quién es más autoritario o represor en su gestión o quien es más democrático porque hoy se vota todo y antes no.
La transición democrática en México no comenzó con Morena en el gobierno y el ir disminuyendo el poder presidencial ha costado muchas muertes como para hoy argumentar que estamos viviendo en una democracia plena con control presidencial total y partido de estado.
Sin duda se está restaurando el régimen autoritario que intentábamos superar y ahora mucho más concentrado en el Poder Ejecutivo y eso creo no lo merecemos los mexicanos.
Podemos cuestionar que la democracia no nos ha resuelto los problemas sociales y que hay deficiencias en la gestión gubernamental, no hay avances en el combate al crimen organizado, la disminución de la pobreza, la salud, la educación y el combate a la corrupción, pero eso no justifica que la democracia sea el problema, el problema han sido los políticos y su ambición desmedida de poder y control y eso hoy se refleja en el nuevo régimen de la Cuarta transformación.
El debate esta abierto y es necesario participar para dar contenido a la democracia y asumir un compromiso con este modelo de participación política, mínimos y máximos, líneas rojas y acuerdos de largo alcance
NOTA DE PROTESTA
Libertad a presos políticos en Nicaragua y repudio a la persecución política a dirigentes de la izquierda democrática en El Salvador, Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Alto al fuego en el conflicto Rusia – Ucrania y solución dialogada para lograr la paz.
Alto al genocidio que comete Israel contra los ciudadanos del Estado Palestino.
Alto a los asesinatos del crimen organizado contra ciudadanos en México en contubernio con autoridades gubernamentales.
No más criminalización de migrantes por el gobierno de Estados Unidos
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