Por José Irán Moreno Santos
México vive momentos inéditos y contradictorios rumbo al proceso electoral presidencial del 2024.
Inéditos, porque un gobierno popular elegido en 2018 por 30 millones de mexicanos con una propuesta de cambio hacia la izquierda y el nacionalismo hoy está actuando como aquel partido que combatió durante 40 años, donde adelanta un año la sucesión presidencial, haciendo girar la política nacional en torno a quién sucederá al actual presidente.
Contradictorio porque muchos de los que hoy están en el gobierno, herederos de las luchas democráticas del 68, 71, 85, 88 y 2000 están violentando las leyes electorales que fuimos ganando durante todos estos años, para tener elecciones libres de la participación del gobierno nacional, donde los votos se contaran verdaderamente y se evitaran los fraudes electorales, donde no hubiera dinero proveniente de empresarios o grupo de dudosa procedencia, donde los medios de comunicación privados y públicos no inclinaran la balanza a favor de candidato alguno sea del gobierno o sea de la oposición, donde queríamos fiscalizar los dineros del gobierno, a dónde se iba cada peso de los impuestos de los mexicanos y de los créditos otorgados a ese gobierno por parte de organismos financieros internacionales y, donde pudiéramos cerrar las heridas de la represión y de los desaparecidos que el gobierno priista en su afán de mantenerse en el poder desde el 68 y con las guerrillas desaparecieron a miles de personas.
Es inédito y contradictorio porque aun sabiendo y teniendo conciencia de que se están haciendo las cosas políticas fuera de la legalidad siguen insistiendo en seguir haciéndolas, y eso en nada beneficia a la democracia y a la República.
El movimiento de regeneración nacional y su dirigente, el mismo presidente de la República han salido en estos días a definir el mecanismo de sucesión presidencial a partir de unas encuestas que desde su punto de vista es un método democrático para definir quién será el nuevo candidato y presidente de México y todos aquellos que pierdan esa encuesta tendrán posiciones en el gabinete, en la Ciudad de México y en los órganos legislativos nacionales, o sea que en lugar de ser electos por la ciudadanía, son elegidos por el gran elector, ese que dicen ya no existe, ese que dicen que ya no palomea, ese el que dicen que ya fue superado por un nuevo régimen político.
Ante esta situación observamos que el talante democrático de los miembros y dirigentes del movimiento de regeneración nacional es nulo y hacen creer a su militancia y a sus dirigentes que lo más importante es mantenerse en el gobierno a pesar de que el programa nacional y de los estados solo lo conoce y lo determina el presidente de la República.
También se viven tiempos inéditos y contradictorios en los partidos de la coalición opositora e incluso de los mismos que conforman el gobierno
Los primeros buscan crear un método de definición del candidato a la presidencia de la República, como si fuera ese el único puesto en el que los ciudadanos y ciudadanas vamos a votar y se equivocan, porque no es solo el candidato a la presidencia de la República, sino también son los candidatos a nueve estados que conforman la República entre ellos la Ciudad de México, son los diputados federales, los senadores de la República, son síndicos, regidores, concejales y diputados locales, y solo están definiendo un método para el candidato a la presidencia y los demás puestos de elección popular quién los va a definir, quién los va a determinar, cómo se van a nombrar y lo más importante con qué programa de gobierno, de nación, de país van a salir a la calle a convencer de que su proyecto es mejor o superior al del actual gobierno nacional.
Son tiempos inéditos porque esta oposición conformada por estos partidos y de los mismos en el gobierno están sujetos a las decisiones de los mismos dirigentes partidarios, desde hace 6, 7, 12 o 15 años, son membretes sin militancia, sin proyecto, sin cohesión política interna y se han negado sistemáticamente a construir y a constituir fuerzas políticas verdaderamente representativas y creen al igual que el gobierno que el candidato o candidata tiene que ser popular e incluso un outsider que pueda atraer la atención del votante más por su carisma que por sus propuestas y el convencimiento de que serán diferentes y que no se regresarán al viejo régimen del cual este gobierno es producto y del cual ellos mismos lo crearon, lo constituyeron, lo formaron, lo legislaron y se lo heredaron a MORENA.
Es contradictorio porque en estos mismos partidos la democracia es inexistente, el debate ideológico no existe y el paraguas programático en función de una concepción teórico política tampoco existe, se construyen candidaturas al vapor, sobre las rodillas, de quién quiere se apunta y acompaña para tener incondicionales que ocupando espacios, después les provean y sostengan un proyecto que solo algunos conocen y no la mayoría de las ciudadanas de los ciudadanos, de los trabajadores, de las amas de casa, de los jóvenes, de las mujeres, de los estudiantes de la sociedad en general.
El gobierno y su partido hacen política a la vieja usanza priista. la oposición hace política a la vieja usanza priista y cuando los experimentos son los mismos, una y otra vez, los resultados serán los mismos, no hay nada innovador y disruptivo que proponga la oposición, porque hoy está en el último vagón del tren que está jalado por el presidente de la República y su gobierno, no hay nada que pueda motivar e incentivar a la ciudadanía en salir a votar mayoritariamente por un cambio porque mayoritariamente por un cambio votó en el 2018 y hoy no se ofrece alternativa alguna para sustituirlo democráticamente a este gobierno.
Vivimos en la incertidumbre los ciudadanos. Vivimos en la incertidumbre política, económica, social y cultural esperando que otra vez unos cuantos decidan por la mayoría y esa no es la democracia por la que luchamos miles de ciudadanos desde el 68 a la fecha
Es un buen momento para reflexionar si este es el modelo de partidos y de gobiernos que queremos los ciudadanos y, este es un buen momento para que también los militantes de estos partidos reflexionen si ese es el modelo de partido que quieren y, es un buen momento para la nación a fin de reflexionar si este es el modelo de gobierno que queremos para el futuro de nuestro país.
Los tiempos se acortan, se están definiendo candidaturas al margen de la ley electoral, al margen de la participación militante, al margen de un programa partidario y al margen de una conciencia política real.
Es momento de hacer un alto en el camino y valorar si lo que hoy tenemos es lo que queremos, o es el momento de comenzar a cambiarlos, porque hace algunos años en varias latitudes del mundo, los gobiernos han sido cuestionados severamente por sus ciudadanos, al grado de decirles, de si no pueden renuncien y eso aplica para el partido de gobierno sus aliados, el gobierno y los partidos de oposición.
Es momento de dejar de hacer mala política y hacer política de verdad en todos los niveles de la administración, pero sobre todo en la ciudadanía.
Vivimos en México momentos inéditos y contradictorios de cara al proceso electoral 2024, es un buen momento para reflexionar de si seguimos por este camino, las opciones que se nos presentan son las deseadas, o son las menos peores, pero no podemos dejar de participar, de demandar y de denunciar desde el gobierno hasta los partidos de la oposición, de que la sociedad es la que determina y manda y no un puñado de hombres y mujeres que dicen representarnos, pero no tienen la capacidad de convencernos.