Por Roberto Pantoja Arzola
El presidente López Obrador acaba de designar a Luisa María Alcalde Luján como la nueva titular de la Secretaría de Gobernación, ello ante la salida de Adán Augusto López Hernández. Esta decisión convierte a la administración lopezobradorista en un gobierno histórico en el que dos mujeres han ocupado las oficinas de Bucareli.
Del mismo modo, la cancillería mexicana tendrá también a una mujer al frente de la misma, se trata de la prestigiosa diplomática, Alicia Bárcena. Pero no solo eso, el gobierno del tabasqueño ha sido el que más inclusión de mujeres ha tenido, siendo que de las 19 secretarías que comprende la Administración Pública Federal, actualmente 9 tienen al frente a una mujer.
La lucha por la inclusión efectiva de las mujeres en la vida política del país, ha sido una de las grandes causas que han defendido los movimientos progresistas. Las acciones afirmativas en los espacios de representación popular comenzaron siendo un logro que conquistaron las mujeres, pero que no se ha quedado ahí. El haber visibilizado la necesidad de superar esta brecha de género en los poderes del estado, está permitiendo que la paridad comience a ser efectiva también en la conformación de gobiernos locales y organismos de la administración pública federal.
Pero los avances no se han quedado, ni se pueden quedar ahí. El 2022 arrojó cifras interesantes sobre la participación de las mujeres en la vida productiva de México. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, el 46.7 por ciento de las mujeres tenían un empleo remunerado, la cifra histórica más alta desde que se mide este indicador. Del mismo modo, la recuperación económica ha implicado una reducción de la brecha salarial entre hombres y mujeres, equivaliendo a 13.1 por ciento, siendo que 2005 está representaba el 20.5.
Se hace necesario seguir profundizando en políticas públicas que, por ejemplo, premien o se dé incentivos a las empresas que colocan en puestos directivos a mujeres, así como a aquellas que tengan mecanismos salariales y de inclusión que cierren las brechas que prevalecen entre hombres y mujeres en la iniciativa privada.
El proceso de superación del rezago histórico de la participación de las mujeres en la vida pública y privada del país, ha dado pasos importantes. Es probable que en las definiciones por venir, este se corone con el ascenso de la primera titular del poder ejecutivo federal, lo cual se empataría con una magistrada al frente del poder judicial, colocando al país con dos mujeres encabezando dos poderes del estado mexicano.
Incluida la posibilidad de que este país sea gobernador por primera vez por una mujer el próximo sexenio.