Héctor Tapia / Metapolítica
Luego de que el obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio Chávez, arremetiera contra el presidente, Andrés Manuel López Obrador, en el marco de que se conmemoró el quinto aniversario del triunfo electoral de la llamada cuarta transformación, para remarcar que lo que debería declarar es un día de luto nacional por las víctimas de la violencia, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla remarcó el clérigo está haciendo política, y que debería quitarse la sotana para dedicarse a esta actividad.
“Hay clérigos que han admitido tener diálogo con líderes criminales”, y mientras critican al Estado, y le atacan, son ellos mismos quienes “encubren a los generadores de violencia, luego se convierten en voceros de bandas delincuenciales, a veces no se dice por la hipocresía política, pero es clara la declaración desde el púlpito” que tiene fines políticos.
En su conferencia de prensa de inicio de semana, Ramírez Bedolla dijo que si hay clérigos que quieren hacer política deberían dejar la sotana para que se metan de lleno “al tema electoral”; añadió que “entendemos que a veces no compartimos la misma con ellos, pero están haciendo política, y es inconveniente en todos los sentidos, porque aprovechan este tema; por supuesto que tienen libertad de expresión, pero les conmino a que trabajemos juntos por la seguridad de las michoacanas y michoacanos”.
Hay que referir que la postura del obispo se dio en el contexto del asesinato de Hipólito Mora Chávez, quien fuera, hace más de 10 años, fundador de uno de los grupos de autodefensas que surgieron en el estado.
Frente a esto el gobernador hizo un llamado a la cordura, “que no nos calentemos por el proceso electoral 2024; el obispo fue a criticar la concentración masiva en el Zócalo, tenemos derecho de acompañar al presidente, pero todos tenemos una responsabilidad, y él como clérigo, alto clérigo, también la tiene”.
Alfredo Ramírez refirió que hubo sacerdotes quienes promovieron las autodefensas, grupos que de acuerdo a lo que insistió el mandatario estas fueron armadas y financiadas por un grupo delincuencial para combatir a otro grupo criminal, movimiento que no resultó como esperaban o habían proyectado.
“Trabajemos. Reconozcamos la realidad que tenemos para poderla enfrentar y no andemos con mitos, y creo que es desafortunada la declaración del obispo porque lo que está haciendo es política”, insistió.
“Gran parte de la iglesia dice que hay que negociar con los grupos delictivos, le dicen justicia transicional, pero por eso digo que luego parecen voceros de delincuentes”, añadió.