Por Catalina Rosas
México ha tenido gobernadoras, senadoras, secretarias de Estado. Presidentas de partido y avances importantes en torno a la participación de la mujer en la política, especialmente en este periodo de gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Pero vamos tarde si comparamos con América Latina. Argentina, Chile, Perú, Costa Rica, Brasil y otros han tenido presidentas. Inteligentes, capaces, eficientes, talentosas, pero sobre todo honestas.
Dos mujeres, de entrada, la noticia es positiva para México: tendremos una presidenta mujer, con lo que se romperá el famoso “techo de cristal”.
Claudia es inteligente, sensible, defensora de la capacidad por encima de la lealtad, no desprecia el conocimiento y el grado de especialidad, tiene un temperamento fuerte, enérgico, con voz firme y autoridad clara- por ello no pueden descalificarla por su supuesta incondicionalidad a AMLO. Además de ser muy sencilla y cercana a la gente.
Si juzgamos por las propuestas la Dra. Claudia y los demás contendientes por la Coordinación de los Comités de Defensa de la 4T, junto con el partido MORENA elaboran ya el —”Proyecto de Nación” 2024-2030— que permitirá que la ciudadanía conozca las propuestas de gobierno y tenga elementos de análisis y toma de decisiones a la hora de votar.
Por su parte, Xóchitl Gálvez posee atributos que la hacen única frente a todos los aspirantes, contendientes y suspirantes de Va por México, nació y vivió en pobreza durante su infancia. Se rebeló a los usos y costumbres para salir de su pueblo, estudiar, avanzar en la vida, lograr una carrera, casarse con quien ella misma eligió. Su estilo, a veces atrabancado y con palabras altisonantes.
Ambas abrazan a la diversidad étnica y sexual y reconocen que México tiene una deuda enorme con los pobres.
Qué ironía que la salvación de la Derecha parezca provenir hoy de una mujer y supuestamente de Izquierda: sería un triunfo en todo caso para la Izquierda, cuando son valores que la Derecha combatió durante un siglo.
Importante despejar la idea de que Claudia y Xóchitl son parecidas. Que no pasa nada si cambias a la que te cae menos bien por la más simpática. No lo son —y su mayor diferencia no es menor, es el modelo económico que cada una favorecería de llegar a ser Presidenta.
De acuerdo con Sabina Berman en su entrevista a Xóchitl rlo ha dicho así: —Estoy de acuerdo con López Obrador en que hay que acabar con la pobreza. Difiero en el método. Le pregunté más sobre su método: —¿Le subirías los impuestos a la oligarquía para distribuir también esa riqueza hacia abajo? —No —respondió. —Les pediría a los empresarios que aumenten los salarios.
—No hay mejor sistema de distribución de la riqueza que ese, los salarios justos –coincidí con ella, para preguntar a continuación: —¿(Como presidenta) intervendrías para que los empresarios suban los salarios?. Entonces fue que Xóchitl señaló el modelo económico que ella prefiere: —No –dijo pronto y llanamente. Y por el contexto de la conversación se entendió que Xóchitl cree que el Libre Mercado por sí mismo hará aumentar los salarios. —Hay que crecer la cobija –dijo en otra entrevista. Es decir, según ella, hay que crecer la riqueza y entonces alcanzará para todos. Esa ha sido la promesa del Neoliberalismo desde hace 36 años.
En contraste, Claudia Sheinbaum no cree en la generosidad espontánea de los empresarios o del Libre Mercado. Seamos sinceros, ¿quién puede, en un país como el nuestro, donde después de 36 años de Neoliberalismo, 356 familias concentran más dinero que 112 millones de ciudadanos? Claudia más bien considera que el deber del Estado es intervenir “para garantizar a todos los ciudadanos un piso de bienestar”. Palabras suyas. El modelo de país que propone es el Estado de Bienestar. Dejar fluir al Libre Mercado y al mismo tiempo crecer al Estado para que brinde servicios gratuitos –o baratos— a todos y todas. Salud, Educación, guarderías, electricidad, agua, vivienda, transporte público, entre otros. Garantizar un piso parejo a toda la población, sin importar la clase social, para asegurarle a todos y todas por igual una vida digna.
En cuanto a su sexo —ambas ser mujeres— nos toca a las electoras no ser miopes ni románticas. No, basta tener una Presidenta, para que las mujeres del país se beneficien. Debemos exigirles que enuncien sus proyectos feministas para poder compararlos.
¿Qué ha hecho Xóchitl por las mujeres? ¿Y de llegar a ser Presidenta qué haría?
De Claudia Sheinbaum conocemos sus políticas públicas en favor de la mujer en la Cd de México. Acciones varias con resultados y cifras. ¿De qué tamaño es su proyecto nacional para erradicar la violencia misógina y para darnos por fin piso parejo a las mujeres?