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#OPINIÓN // Para el registro:

Por Oscar Carbajal

Más allá de lo que se pueda decir de las alianzas electorales, no todo es tan fácil como pensar que se pueden ganar muchos puestos públicos; para llegar a ello, primero hay que superar una barrera importante, cumplir con la paridad de género.

Hablo de Michoacan particularmente, teniendo como antecedente que, es uno de los pocos estados que mantienen la figura de “candidatura común”, es decir, sin mediar un convenio, dos o más partidos pueden presentar a las mismas personas para poder contender en una elección de Ayuntamiento o Diputación. Las reglas, hablan de una flexibilidad para poder presentar estas alianzas ante el órgano electoral, siguiendo en la similitud, lo que es la “Coalición”.

Como lo dije, no solo se trata de ponerse de acuerdo en qué municipios o distritos, irán juntos los partidos políticos, sino que, al analizar esto, deben cuidar la obligación de cumplir con la postulación dentro de los bloques de rentabilidad alta, media y baja, para que la equidad entre hombres y mujeres, se cumpla, todo esto, tomando en cuenta el porcentaje de votación que tuvieron en las últimas elecciones.

No es solo llegar y presentar una lista de personas, sino que todo esto, al interior de los partidos, debe representar desde meses antes de los registros de candidaturas, un estudio de los perfiles con quienes cuentan y una ecuación que ayude a que, las mujeres sean postuladas en lugares altamente rentables para los partidos y que no sean envidadas a donde se sabe que los partidos muchas veces tienen garantizada la derrota, situación que tristemente se veía mucho.

La paridad de género, representa, aún, un reto para los partidos políticos, no se puede exigir a la autoridad electoral que sea quien decida qué municipios o distritos sean exclusivos para hombres o mujeres, ya que esto rompería con la libertad de autodeterminación que tiene cada instituto político; libertad reconocida en la Constitución Federal y Leyes Generales.

Los partidos, en su más estricta responsabilidad, deben cuidar que se vele por una equidad real, entre los intereses que tienen los posibles candidatos y la obligación de asegurar la paridad, ademas de cumplir con la postulación de personas con discapacidad, personas originarias de pueblos indígenas, pertenecientes a la comunidad LGBTTTIQ+ y jóvenes.

Recordemos que, de no cumplir con estos parámetros establecidos, los partidos políticos no podrán realizar campañas y tendrán que ajustar sus candidaturas hasta que se cumpla la paridad de género y la postulación de las cuotas de personas provenientes de grupos minoritarios; el instituto electoral tiene toda la atribución de poder cancelar candidaturas, lo cual, impacta duramente en las pretensiones de los partidos y sus alianzas.

Como lo podemos ver, no solo es unirse por unirse, sino que, se debe cuidar hasta el más mínimo aspecto que exige la ley, y para temas de cumplimiento de la paridad de género y los bloques de rentabilidad en alianzas electorales, podremos ver decenas de combinaciones, las cuales, todas deben cuadrar, sin importar qué partido sea, o si decide ir en solitario.

Veremos si las alianzas cumplen y superan dicha barrera legal, la cual, debe ser un tema muy latente en las famosas y burocráticas “mesas políticas” que se forman para hablar de esto.

Para el registro, yo soy Oscar Carbajal y esta es mi opinión activa en proceso electoral.

Las opiniones emitidas por los colaboradores de Metapolítica son responsabilidad de quien las escribe y no representan una posición editorial de este medio.

Oscar Fernando Carbajal Pérez es licenciado en Derecho por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UMSNH y Maestrante en Derecho Electoral por el Posgrado de la misma facultad.

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