En 1989 se cerró la diáspora de la izquierda en México. Al fin surgía una fuerza capaz de aglutinar a todas las expresiones políticas, sociales, sindicales y ciudadanas identificadas con esta ideología política, el resultado de aquella aglomeración se llamó Partido de la Revolución Democrática, el cual también nació como un movimiento.
Para Pablo Gómez, líder del 68, la experiencia de la fundación del PRD, es una experiencia inusitada a nivel mundial: “partidos como lo tuvimos nosotros son muy raros. Había sindicalistas, ex guerrilleros, políticos, comunistas, etc.”
Sin embargo, para Gómez Álvarez, así como el PRD fue un ejemplo mundial de unidad de la izquierda en un solo partido, proeza histórica repito a nivel mundial, así también es uno de los partidos en el mundo más oportunista, más instalado en el mercado electoral, y no le importa con quien hace tratos con tal de lograr réditos. En la actualidad ya no tiene programa, ya no tiene línea política, ya no tiene nada. Es ya un exponente internacional de cómo un partido puede caer en el pragmatismo más crudo.
Es muy lamentable, porque a final de cuentas el PRD fue el esfuerzo y muchas veces el sacrificio de mucha gente, incluso muchas personas fueron víctima de la violencia por el gobierno de Salinas, que fue muy violento.
Entonces, esa riqueza digamos pluralista de las izquierdas y las derechas en el mundo ha dado por crear un espacio centro, pero el espacio centro en política no existe como espacio propio, en la confluencia de la izquierda y la derecha hay matices que se van limando y se van acomodando, pero es también la banda del oportunismo, cuanto más centrista cuanto más renuncias a tu propio programa, eso es el oportunismo.
El oportunismo como fenómeno político es el espacio que se llena acomodándose a las circunstancias y renunciando al programa propio, que es el compromiso básico de cualquier formación política, entonces olvidan el programa, que es lo que hace el PRD ahora, ya se olvidó de su programa total y absolutamente, ya está instalado en el oportunismo puro.
Mañana 01 de julio seremos testigos el inicio del fin del PRD, como fuerza política nacional. Quizás se salve de última hora, y logre afianzarse con las uñas al registro nacional (entre un 5 u 6%), pero la fuerza que fundaron Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez, Porfirio Muñoz Ledo, Andrés Manuel López Obrador y tantos más en mayo de 1989, está tocada de muerte.
Con toda probabilidad en la elección intermedia del 2021 el PRD perderá su registro nacional, y sólo será un apéndice regional y local. Su negación constante a no aliarse con Andrés Manuel López Obrador los está condenando al ostracismo.
Lo que en su día fue una fuerza social que movió la esperanza de millones, ahora es un museo del oportunismo, y ese fracaso tiene nombres: Jesús Ortega, Jesús Zambrano, Graco Ramírez, Silvano Aureoles, por decir los más conocidos.
La noche de los cuchillos largos se viene en el PRD el lunes 02 de julio, y se volverá a imponer el pragmatismo puro y exacerbado.
EL PRD no gobernará México, pero la izquierda sí lo hará, de eso no nos cabe duda.