Por Hugo Gama Coria
La democracia es sin duda uno de los elementos sine qua non y más importantes de una República, pues es el medio en el que se vuelven a hacer públicos los asuntos del Estado, se trata de una lucha histórica de liberales.
En las nuevas corrientes políticas y de Estado, en su estudio la democracia se puede concebir en diversos tipos, para el caso: la electiva y la participativa; la primera, es la que conocemos y practicamos en el país, simplemente la población sale y vota (elige) a su gobernante; en la segunda, la población no solamente elige a su gobernante, sino también participa en las decisiones de su gobierno, mediante consultas, plebiscitos o referéndums.
Para el segundo de los casos, ya existe regulación constitucional y en algunas entidades existen leyes especiales y referentes a la participación ciudadana, sin embargo, hasta este momento se tratan de disposiciones que están dormitando, que no se han usado, por consecuencia el modelo de democracia participativa sigue siendo un misterio en el país.
El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, recién informó que la continuidad de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México se someterá a una consulta pública, para que sean los mexicanos quienes determinen la continuidad o no.
Podría sonar atractiva la propuesta del presidente electo, más para los liberales y republicanos del país, pero la declaración despierta dudas que se deben atender de manera puntual. Se deben responder las inquietudes.
Primero, la construcción debe ser analizada en los aspectos estructurales y de impacto ambiental respecto de la región en la que se encuentra, y en dicho sentido se requiere de respuestas técnicas, no políticas, por lo que algo técnico a juicio del de la voz no puede ser sometido a consideración de aquellos que no tenemos ese conocimiento.
Segundo, debe revisarse el impacto económico, inversión, beneficio, deuda, empleos, etcétera, tema que también es técnico y que sería complejo ponerlo a consideración de quienes no tiene ese conocimiento.
Tercero, en la globalización, las naciones requieren puertas, espacios de comunicación que conecten con las otras naciones, la cancelación en qué podría afectar la conexión y la comunicación con el mundo, ese es un tema igual que difícilmente muchos entendemos y que opinar sería irresponsable.
Probablemente los defensores de la Consulta podrían argumentar que en otros países las decisiones se toman así, como el caso del Brexit, la autonomía de Cataluña o el proceso de pacificación de Colombia, sin embargo, en dichos casos se trata de asuntos políticos y de funcionamiento del Estado, para legitimar decisiones o para enfrentar al sistema, situación que no se actualiza en el NAICM, ya que este caso es inminentemente un tema técnico.
De manera personal estoy a favor de la democracia participativa, sin embargo, en el tema que se menciona en este breve análisis, considero que lo que se requiere para la determinación de la construcción o no del nuevo aeropuerto son Foros con especialistas y técnicos, en los que participen las universidades, organismos nacionales e internacionales especializados, y en base a ello tomar la decisión, pues insisto un asunto de esta naturaleza no puede debatirse ni consultarse partiendo de la falta de conocimiento.
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OPINIÓN // ¿Consulta para el NAICM?
