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OPINIÓN // La glocalización avanza.

Gerardo A. Herrera Pérez

En el marco del modelo económico Neoliberal y contra los procesos de globalización, las comunidades se están organizando para reivindicar las localidades y las regiones con sus historias particulares, esto se ha vuelto imprescindible como práctica de resistencia, sobre todo en la Latinoamerica.

Las resistencias culturales surgen desde los nuevos movimientos sociales (concepto creado después de la Segunda Guerra Mundial), donde las personas se organizan en una lucha por devolver sentido a la vida resistiendo desde las culturas regionales y el barrio.

Es una mezcla de lucha por una vida digna y por la identidad, la descentralización y la autogestión, en tanto proceso de reterritorialización, recuperación y resignficación, del territorio como espacio vital desde la perspectiva política y cultural.

La glocalización, es un concepto joven, que permite identificar la manera en como las organizaciones se insertan desde lo local a procesos económicos más amplios, pero con el reconocimiento y legitimidad que les da lo local. Así existen diversos ejemplos que nos permiten apreciar como hombres y mujeres en una lucha por conservar sus procesos sociales y culturales, pero también procesos económicos fundados en la producción, distribución, consumo.

Procesos locales que se vincula con quienes asisten en sus campamentos, o bien, viven en sus asentamientos; también estos procesos locales establecen alianzas con actores políticos y sociales, como la iglesia progresista, la academia, las organizaciones de la sociedad civil, con los movimientos sociales del campo y de la ciudad, los sindicatos, la academia y centros de investigación,, entre otros.

Los procesos locales, inscritos en el concepto glocal (global y local), plantean movimientos sociales que apuestan al establecimiento de las relaciones regionales latinoamericanas, incluso internacionales. Los actores socioeconómicos que construyen nuevas formas de organización, sobre todo alternativas a la empresa dominante capitalista Neoliberal (son empresas que se deslocalizan continuamente, en un proceso de transnacionalización constante y de relocalizaciones nuevas con mejores ventaja) son aquellos hombres y mujeres, trabajadores de empresas recuperadas por los trabajadores, pero también por las comunidades indígenas y otros segmentos de la población que ofrecen luz sobre sus estrategias de emergencia desde la perspectiva de la economía solidaria; es decir alternativas que la empresa Neoliberal no lo tiene.

“Economías solidarias en América Latina”, texto de Díaz-Muñoz, Guillermo, presenta seis casos de empresas de diferente tipo en México y América Latina (Argentina, Brasil y Bolivia) que han impulsado acciones para acceder a la economía solidaria a través de procesos de grocales, compartimos en esta nota solo dos de ellos.

Las ERT: “de la lucha obrera local a su tranacionalización autogestiva”, se presenta un caso de éxito con TRADOC. Una empresa recuperada por los trabajadores, en el Salto, Jalisco, que se ha reposicionado, después de varios años de permanecer cerrada y donde finalmente los trabajadores se quedan con la empresa, que deja de ser de corte Neoliberal para pasar a otro formato de Empresa cooperativa Solidaria, con vínculos internacionales con la empresa Cooper Tira, en un ejercicio de trasnacionalización socioempresarial. Los elementos que permean esta alianzas: localización de la planta, nacionalización de la solidaridad con la lucha de sindicatos independientes (Pascual y Cruz Azul) y la transnacionalización socioempresarial con Cooper Tira, y el compromiso de Tradoc con el municipio de El Salto, en favor del desarrollo sustentable.

Las comunidades y pueblos indígenas, también han incursionado en procesos de glocalización, tal es el caso de UCIRI: ”Queremos crear una globalización desde abajo”. Incluye a comunidades productoras de café, minifundistas entre ellos a comunidades indígenas zapotecas, mixtecas, mixes, chontales, chatinos, del Istmo de Tehuantepec, son 60 comunidades de 20 municipios que se rigen por usos y costumbres.

De esta manera conviven las comunidades, UCIRI y el municipio. Han recibido donaciones de terreno para el desarrollo de su proyecto y la construcción de un centro educativo y de formación campesina. UCIRI, ha incidido en el espacio local, estatal, nacional y global. UCIRI Comercializa café con más de 30 organizaciones solidarias de 15 países de América Latina, Japón y Europa. UCIRI, implementa el proyecto “COMERCIO JUSTO”.

En general podemos expresar qué: la manera en que se utiliza el concepto de glocalización difiere de los diferentes ejemplos con que se han construido estas acciones de economía solidaria; es decir la glocalización no obedece a procesos homogéneos, sino diversos, estáticos, sino dinámicos y en general podemos observar que los mecanismos de participación ciudadana son de gran impacto en favor de las poblaciones y de manera diferente en cómo se realiza en las condiciones de una empresa Neoliberal.

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