América Juárez Navarro
Morelia, Mich., “Como arzobispo de Morelia quiero decir que no queremos más sangre. No queremos más muertes. No queremos más dolor y vergüenza, me uno al clamor de los que sufren las consecuencias dela violencia”, aseveró el el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, al referirse a los homicidios perpetrados en Morelia, y que también han continuado en regiones, como Apatzingán y Zamora.
En este tenor, mencionó que la erradicación de la violencia está en manos de todos los ciudadanos, porque no depende de la Iglesia Católica o de las autoridades, pues generalmente estas actitudes tienen su origen en el comportamiento de todos los ciudadanos, por lo que convocó a los ciudadanos a erradicar la “violencia crónica” que sufre el país, es multifactorial y este tema debe abordarse como un tema de salud pública.
El también es vicecoordinador de la Conferencia del Episcopado Mexicano, expuso que cada uno debe hacerse responsable de la violencia que se genera en el país y el estado, y es nuestra obligación ser corresponsable, ya que todos en algún momento momento se torna agresivo con facilidad.
“No podemos hacernos responsables desde la Iglesia de toda la violencia que está pasando ni podemos hacer responsables a las autoridades. Todos la generamos y todos somos corresponsables. Si todos nos preocupáramos por no ser agresivos ya estaríamos aportando”, dijo.
Al asegurar que solo se buscan culpables, sin que se favorezca la pacificación, indicó que se debe ayudar el camino de la paz, que debe ser integral con la atención a las víctimas y el acompañamiento en todos los aspectos, como el psicológico, el espiritual, el jurídico o el personal, y esto implica ir juntos en el proceso de paz.
En este tenor informó que los obispos del país sostuvieron un encuentro con el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, entre los temas que se abordaron durante este encuentro dijo se planteó que la iglesia católica quiere seguir coadyuvando en la emergencia que atraviesa el país con sus 95 diócesis, 10 mil parroquias más de 130 albergues y miles d agentes pastorales en el territorio nacional, que realiza una importante misión de ayuda humanitaria.
En este sentido dijo trabajan para evitar la criminalización y estigmatización de la población migrante, es una preocupación para estos grupos sociales y también para tener un trabajo conjunto de reconstrucción del tejido social y coadyuvancia en el Plan de Construcción de Paz del Episcopado Mexicano.
“Estamos planteando que se tengan formas más permanentes de apoyo para los migrantes y que no se vea que con una disposición se resuelve el problema, porque son personas que andan fuera de sus hogares y haya que buscarles darles atención más permanente”, comentó.
No más sangre, dolor y vergüenza en Michoacán, clama arzobispo
