Redacción
Es necesario ya reglamentar el uso de los recursos públicos en todos los niveles de gobierno, para que los mandatarios en turno no los desvíen para el desarrollo de futuras campañas políticas, ya que así se sigue alimentando ese gran cáncer de México que es la corrupción, coincidieron en señalar el Senador Samuel García Sepúlveda y el Maestro Oracio Camacho Mercado.
Ambas personalidades, de la vida política y académica, respectivamente, también destacaron la necesidad de que los propios ciudadanos adquieran el hábito de la participación activa, tanto en la vida pública como social, ya que debiesen ser los principales contralores del uso correcto y aplicación de los recursos públicos, así como del cumplimiento de las promesas de campaña por parte de quienes adquieren algún espacio de representación popular.
Lo anterior al participar en el evento: “Diálogos sobre el debido uso de recursos públicos en materia electoral (artículo 134 constitucional)”, mismo que organizó el Tribunal Electoral del Estado de Michoacán (TEEM) y que se desarrolló en el patio de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Ante más de 250 asistentes, la Magistrada Presidenta del TEEM, Yolanda Camacho Ochoa, agradeció a los ponentes su participación, en virtud de que para este órgano jurisdiccional electoral local es de vital importancia acercarle, de manera fácil y digerible, mayores conocimientos a los estudiantes y a la sociedad en general, ya que en la medida que se cuente con ciudadanos más informados y analíticos también se contribuye al fortalecimiento de la democracia.
El senador Samuel García informó que en próximos días habrá de presentar una iniciativa de ley en la Cámara Alta con el fin de modificar el artículo 134, para que sean ejemplares las sanciones hacia todo aquel gobernante que desvíe recursos con fines electorales.
Mientras que el académico Oracio Camacho puntualizó que urge aprobar la figura de Revocación de Mandato, para que la sociedad sancione a todo aquel candidato que no cumpla con su palabra, ello como base de una cultura de la rendición de cuentas.