Raúl López Téllez
Los impuestos que plantea el Ejecutivo del estado en la Ley de Ingresos 2020 no generan un impacto significativo en materia recaudatoria, consideró el analista Heliodoro Gil Corona, quien defendió la aplicación del pago por tenencia o uso de vehículos.
En el paquete que plantea para el año próximo, el Ejecutivo estatal plantea el cobro de seis nuevos impuestos, dos llamados cedulares y relativos a servicios profesionales y por actividades empresariales; además de los “ecológicos”, el Impuesto por Remediación Ambiental en la Extracción de Materiales; de la Emisión de Gases a la Atmosfera; de la Emisión de Contaminantes al Suelo, Subsuelo y Agua, así como del Impuesto al Deposito o Almacenamiento de Residuos, que ya habían sido propuestos y posteriormente eliminados del ejercicio 2019.
La propuesta de establecer impuestos en la carga tributaria estatal para el 2020, no modifica para el especialista, sustancialmente, la estructura fiscal del estado. “En números sí, porque habría que agregarle como seis nuevos impuestos, esos impuestos cambian porque pasaríamos de cuatro a diez; de esos diez, el que realmente pinta es el del impuesto sobre la nómina, estamos hablando de más de mil millones de pesos, el resto, en términos de ingresos menores, como el de enajenación de vehículos de motor usados, la compra venta de automóviles usados, genera 230 millones, no son impuestos sustantivos que cambien la estructura fiscal”.
Lo que cambiaría la estructura fiscal, planteó, “y algo que este gobierno ya no lo va a hacer, y perfilarlo desde ya, es el impuesto sobre la tenencia o uso de vehículos, se tiene que reflexionar que es el impuesto con mayor progresividad, lo paga realmente el que tiene un auto y lo podemos encajar en problemas de carácter ambiental, a desarrollo urbano, como lo están haciendo el resto de las entidades federativas”.
Respecto al impacto social de este impuesto, dijo que evidentemente el gobierno tiene “que trabajar, cabildear, con los sectores involucrados”, a la vez que rechazó que sean impuestos que “les dañan a las entidades, como lo han afirmado algunos representantes de la industria automotriz; este tipo de impuestos atrae mayores participaciones federales por incremento en la recaudación y por otro lado en favorecer los ingresos locales”.
Habrá que tomar en cuenta, consideró, la recuperación del mercado laboral formal en Michoacán, para que genere un impacto positivo en el aspecto tributario, ya que comparte con el mercado laboral informal una precarización en sus condiciones laborales. En el año que concluye, “los trabajadores con un rango de ingresos de menos de un salario hasta dos salarios mínimos integraron el grueso de la precariedad salarial estatal”, señala sobre estas condiciones un informe el Colegio de Economistas del Estado de Michoacán.
La informalidad laboral “está convertida en el nicho principal de la ocupación estatal en condiciones de suma precariedad”, destaca el informe, con 70.6 por ciento de la población ocupada, lo que implica no aportar recursos a la hacienda estatal, en tanto el mercado formal aporta un 29.4 por ciento.
