Por Víctor Lasa
“En la ciencia, cuando se añade la conducta humana a la ecuación, las cosas pasan a ser no-lineales (discontinuas, impredecibles). Por eso la Física es más fácil que la Sociología”, Neil deGrasse Tyson.
Hacer predicciones geopolíticas no es un ejercicio nuevo. Desde consejeros reales en el medievo hasta el más sofisticado analista contemporáneo han intentado siempre adelantarse a los grandes acontecimientos internacionales, pero pocos han tenido tanto éxito como Johan Galtung. Este sociólogo noruego, considerado el padre fundador de los estudios internacionales sobre paz y resolución de conflictos, vaticinó con éxito en 1980 la caída de la Unión Soviética en menos de 10 años. El muro de Berlín cayó con el resto del imperio de los Soviets solo dos meses antes de que se cumpliera su predicción. Se le atribuyen otros aciertos como la llegada de la Revolución de los Ayatolás a Irán en 1978 o las revueltas de la Plaza de Tiananmen en la China de 1989. En 2000, Galtung le dio tan sólo otros 20 años de vida a la hegemonía global de los Estados Unidos. La llegada de Trump al poder y la coincidencia de la fecha vaticinada (2020) con el final de su primera legislatura, ha atraído de nuevo la atención sobre los cálculos del Profesor Galtung. Como buen científico, no necesita una bola de cristal para sus vaticinios, sino una fórmula de su propia creación.
Además de catedrático de sociología, Galtung es doctor en matemáticas, lo que le permite hacer estudios que combinan ejercicios lineales y no-lineales, es decir, contextos en los que 2 más 2 a veces son 4, y otras veces son 785. Hace ya unas décadas que desarrolló su teoría sobre “las contradicciones sincronizadas y de mutuo refuerzo”. [1] Según esta teoría, un régimen político es sostenible solo cuando se da una consistencia apreciable en sus acciones, o dicho de otra manera, cuando el poder no somete a la ciudadanía a constantes contradicciones. Por ejemplo, Galtung señala las principales contradicciones dadas en la Unión Soviética; la clase trabajadora sufría una creciente represión y no era capaz de organizarse en sindicatos (irónico, dadas las pretensiones Comunistas); las élites del régimen tenían dinero para consumir, pero ningún producto soviético en lo que gastarlo, resultando en decrecimiento económico; los intelectuales rusos, herederos de la Intelligentsia, exigían mayor libertad de expresión; las minorías pedían mayor autonomía, y los campesinos mayor libertad de movimiento. El proyecto que había sido concebido para liberar a las clases trabajadoras, había acabado en un inmenso instrumento de represión y contrición, una distópica contradicción en sí misma.
Según Galtung, similares circunstancias acabaron con otros Imperios de la Historia, como el Romano, el Español o el Británico. Profundas contradicciones socabaron la sostenibilidad social y económica del imperio. Ya en un artículo académico que publicó en 1996, Galtung avisó de que los Estados Unidos seguirían el mismo camino; declive y caída. [2] En 2000 hizo su ahora inquietante predicción, que aclaró más en detalle en su libro “La caída del Imperio Americano – ¿Y ahora qué?”, publicado en 2009. En él explicaba que podía esperarse una fase de fascismo reaccionario, basado en la excepcionalidad relativamente tradicional del ala más nacionalista conservadora, e inspirado en la idea de que América es la nación con mayor grandeza, lo que inevitablemente recuerda al ya histórico eslogan de Trump; Hagamos América grande de nuevo. En este contexto, caben esperar por tanto simplificaciones polarizadoras, como hablar de los buenos y los malos, lo correcto y lo erróneo, lo blanco y lo negro, facilitado por el culto casi gutural a un líder populista.
Aplicando la teoría de Galtung a la América del Presidente Trump, se pueden señalar una serie de preocupantes contradicciones:
- Trump ha criticado duramente las guerras de Iraq y Afganistán, pero también opina que la presencia estadounidense en esos países es aun necesaria, por lo que está dispuesto a enviar más tropas a Iraq. A pesar de calificar la invasión y ocupación de Iraq de 2003 como un error, afirma que los EEUU tendrían que haberse llevado todo su petróleo.
- Alaba a EEUU como la tierra de las oportunidades para todos, mientras criminaliza a los inmigrantes ilegales, amenazando con deportar a hasta 11 millones de ellos, construir un muro en la frontera con México e incluso obligar a los musulmanes a registrarse en una base de datos gubernamental, mientras propone prohibir la entrada de más musulmanes en territorio de EEUU.
- Muestra un militarismo exacerbado, ligando los intereses económicos de EEUU en el exterior con la actividad militar, al tiempo que amenaza con ignorar a la OTAN, aun a riesgo de su desaparición, si los demás países aliados no aportan más dinero y recursos a la coalición.
Estos son sólo unos ejemplos de las “contradicciones sincronizadas y de refuerzo mutuo” de la teoría de Galtung, para quien las incoherencias de las propuestas de Trump son una evidencia del declive estructural del poder estadounidense. Cuanto más profundas sean estas contradicciones, mayor será su efecto sobre la sociedad, exacerbando divisiones y descontento, creando niveles de tensión que acabarán por reventar los cimientos del Imperio.
Pero, ¿es Estados Unidos realmente un Imperio? La discusión académica al respecto no logra siempre obtener un consenso, pero se tiende a concluir que, lo sea o no, en muchas ocasiones se comporta como tal. Las acciones iniciadas por la administración de George W Bush (2000-2008) en su guerra contra el terror son comúnmente aceptadas como imperialismo, al usar una incontestable superioridad militar para invadir o presionar militarmente a países soberanos de manera unilateral. Aunque gobernantes como el Vice-Presidente Dick Cheney poco menos que alardeaban del comportamiento imperialista de su administración, otros mandatarios como Kennedy u Obama han intentado ser percibidos como un líder hegemónico pero colaborador con sus aliados. En todo caso, historiadores explican cómo el propio Imperio Británico siempre negó que la creación de colonias en Asia y África fuera intencionada, sino más bien una inevitable consecuencia de su inmensa superioridad. Hay quienes ofrecen un pretexto liberal/progresista al Imperio Americano, aceptando de manera reacia una teórica responsabilidad hacia naciones más débiles que necesitan ser rescatadas, o democratizadas, concluyendo que se trata de un imperialismo benévolo, incluso aceptable. [3]
En cualquier caso, un Imperio siempre ha estado formado por una estructura de centro-periferia. El centro podría ser tanto una democracia como una dictadura militar. La periferia estaría formada por un abanico de naciones, con papeles repartidos entre aliados y estados subordinados con élites nacionales al servicio de los intereses del centro imperial. Según Galtung, el colapso del Imperio de EEUU se iniciará cuando las élites de la periferia se nieguen a batallar en sus guerras, a defender sus intereses. Filipinas y su líder Duterte son el botón de muestra. En un movimiento sin precedentes, el Presidente Filipino decidió hace unas semanas romper una alianza de más de 60 años con EEUU, alegando que ya había llegado la hora de la emancipación y acercándose a otros polos de poder como Rusia y China. Si esto se convierte en un precedente, el unilateralismo neo-nacionalista de Trump podría hacer el resto.
Acierte o no en su predicción, Galtung nos da la oportunidad de observar los acontecimientos geopolíticos de nuestro tiempo desde un punto de vista científico, descifrando más fácilmente su significado, dándonos la ventaja de adelantarnos al menos un paso a su desarrollo, adivinando, quizá, el futuro.
Referencias
[1] Ahmed, N (2016), ‘US Power will decline under Trump, says futurist who predicted Soviet collapse’, Motherboard, viewed on 9 December 2016,http://motherboard.vice.com/read/us-power-will-decline-under-trump-says-futurist-who-predicted-soviet-collapse
[2] Galtung, J (1996), ‘Global projections of deep-rooted US pathologies’, Institute for Conflict Analysis and Resolution, George Mason University, http://scar.gmu.edu/op_11_galtung.pdf
[3] Maier, CS (2002), ‘An American Empire?’, Harvard Magazine, viewed on 9 December 2016, http://harvardmagazine.com/2002/11/an-american-empire.html
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Artículo públicado originalmente en: