Por Heliodoro Gil Corona*
Los datos de variables económicas que surgirán correspondientes al primer trimestre empezarán a reflejar los efectos negativos de la parálisis que ha ocasionado el COVID-19 en el país y las entidades federativas. El reporte del número de asegurados que difunde la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) con información del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), es la primera evidencia.
Cabe hacer mención que el desempeño del mercado laboral formal en México se ha venido contrayendo desde 2018, cuando bajaron las nuevas plazas en 17.6% y acentuándose en 2019 con una caída de 48.2%. Durante el primer trimestre del presente año, la generación de trabajos formales nuevos se redujo drásticamente en 77.1% (se perdieron 208 mil plazas laborales), el derrumbe más fuerte desde el primer trimestre de 2009 (año de la crisis económica).
En Michoacán la tendencia de desaceleración del empleo formal no fue diferente. En 2018 se redujo en 49.0% (bajó de 30 mil 551 a 15 mil 605 plazas de 2017 a 2018) y en 2019 cayó en 21.0% (disminuyó de 15 mil 605 a 12 mil 340 plazas de 2018 a 2019). Es decir, la contracción del empleo en la entidad se debe a los problemas estructurales que enfrenta el gobierno estatal que han desembocado en raquítico crecimiento económico durante los cinco años recientes.
Los primeros daños del COVID-19 ya los podemos observar en el primer trimestre del año que corre en Michoacán. Solo en el mes de marzo se perdieron 426 trabajos formales, la cifra más baja desde 2013, año en que emergió el conflicto de inseguridad pública cuyos efectos fueron virulentos en el mercado laboral estatal.
Durante el trimestre enero-marzo el empleo formal descendió en 22.8%, desde una caída de 43.0% registrada en igual lapso de 2018. En otros términos, el trabajo formal en Michoacán bajó de 5 mil 512 a 4 mil 256 plazas de 2019 a 2020.
La clave de este descenso tiene como sustento el declive que se puede prever de las actividades económicas durante el primer trimestre del presente año, producto de la ausencia de inversión pública y privada en la entidad.
La primera estimación acerca de los trabajos formales para 2020 es desoladora, inédita y de fuertes daños al tejido laboral y social. Prevemos que este año se perderán cerca de 8 mil plazas formales en Michoacán, desde los 12 mil 340 puestos generados en 2019. Empieza lo más difícil.
—
*/Coordinador de Proyectos Estratégicos del CEEM. Profesor-Investigador de la Facultad de Economía “Vasco de Quiroga” de la UMSNH.