Por Heliodoro Gil Corona
Morelia, Michoacán.— Con cifras desestacionalizadas el PIB real de México tuvo una caída de (-) 2.2% y no de (-) 2.4% como originalmente había reportado con datos oportunos el INEGI. Con este resultado consignado en el primer trimestre se suman cuatro trimestres consecutivos de tasas negativas en el comportamiento del PIB de México.
Las distintas actividades económicas observaron en este periodo deterioro pronunciado. Las actividades del campo apenas aumentaron en 1.1%, las industriales descendieron en (-) 3.5% y las actividades de los servicios cayeron en (-) 1.2%.
La magnitud de los daños económicos ocasionados por el COVID-19 se puede ilustrar de mejor manera mediante el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE). Con el empleo de este indicador económico se advierte que en el mes de marzo la actividad productiva del país se desplomó en (-) 2.6%, donde las actividades industriales reportaron una caída de (-) 4.9%, los servicios bajaron en (-) 2.0% y las actividades del campo experimentaron un aumento de 8.4%; repunte del sector primario que evitó una mayor profundidad de la caída de la actividad económica global observada durante el mes de marzo.
Pero como hemos advertido en este tema económico, la tendencia de las actividades productivas desde el mes de mayo del año pasado viene en picada, acumulando en este lapso once meses sucesivos de registros negativos.
Con el recuento de mayo de 2019 a el mes de abril del presente año, tenemos desempeños económicos preocupantes: 10 meses de retroceso productivo que obedecen a la inercia de malos resultados de la administración federal y, un mes, el de marzo, atribuible a los impactos negativos del COVID-19.
Me parece necesario corregir la apreciación del gobierno federal. En el desempeño económico no íbamos bien, veníamos mal y el coronavirus SARS CoV-2 atizó la caída de las actividades productivas en el país.
Más cifras que muestran el deterioro de la economía mexicana. La demanda agregada se sigue deteriorando debido al debilitamiento del sector exportador. En el mes de marzo las exportaciones de mercancías bajaron en (-) 1.6% y en el mes de abril el desplome fue abrupto, las exportaciones cayeron en (-) 41%.
Se puede afirmar, que los efectos adversos del COVID-19 cobraron factura en el sector externo. En el reporte acumulado de enero a abril las exportaciones de mercancías mexicanas disminuyeron en (-) 10.7%, con respecto a igual periodo del año pasado.
Es necesario subrayar dos conductas económicas que se vienen observando. Una, tiene que ver con la tendencia negativa que se traía antes de la pandemia y, la otra, los efectos propios de la parálisis económica ocasionada por el COVID-19. De manera que la tendencia y la pandemia convergieron estrangulando a la economía mexicana.
Las expectativas siguen siendo muy adversas. En el presente año se espera una caída del PIB real nunca visto en el país, con un decrecimiento que apunta a un intervalo entre un 7% y 10% en el conjunto de las actividades productivas. Sin duda, un año histórico para la economía de México.