Por Óscar Carbajal Pérez
“Que voten las viejas”, el comentario hecho en 1953, se convirtió en un grito de esperanza para las mujeres mexicanas que desde 1916, comenzaron a exigir que se les dejara participar en la “democracia” que se tenía en ese entonces. Manifestaciones hechas por presidentes de la república como Lázaro Cárdenas y Miguel Alemán, pugnaban porque a las mujeres se les reconociera la igualdad de derechos políticos que a los hombres, lo cual, vieron reflejado hasta un 3 de julio de 1955 en las elecciones para elegir Diputados Federales.
Es interesante ver cómo ese derecho político, hoy es ejercido por más mujeres que hombres. Más del cincuenta por ciento del listado nominal, es cubierto por mujeres, hoy, ellas tienen mucho más peso en las urnas, algo que en 1955 tal vez no midieron y se convirtió en una victoria democrática, que eso sí, se puede celebrar.
Los derechos políticos de las mujeres han evolucionado muchísimo desde la década de los 50’s a este 2020, año que se convirtió en la antesala de la nueva elección más grande de la historia en México. Pero no todo es decir que, desde ese año le ha ido bien a la mujer en la búsqueda de consagrar sus derechos políticos.
A raíz de lo ocurrido en 1955, se evolucionó de gran manera dentro de la democracia mexicana, con el pasar de los años, también vendría la consolidación de la mujer para poder participar como candidata a los cargos de elección, así como el derecho a ejercer el cargo para el que fuera elegida. La política, tuvo que adaptarse a la participación permanente de la mujer, en un ámbito que muchas veces consideraron no apto para ellas.
Debemos estar conscientes de la pesada lucha llevada a cabo por cientos de mujeres, cada que se renuevan cargos de elección. Históricamente nos hemos encontrado con un sube y baja de acciones encaminadas a no atender el derecho de cada una de las mujeres que piden formar parte del poder ejecutivo o legislativo en sus diferentes niveles. Con esto, podemos hablar de las numerosas veces que por medio de lagunas que existían en las leyes, se simulaba cumplir con el derecho de la mujer, pero en el fondo, el plan ideado a lo Maquiavelo, salía a relucir.
El 3 de julio de 1955, se abrió en México, un camino hecho en terracería, debido a la constante aparición de piedras en él, para que la mujer formara parte de todos los aspectos democráticos de este país. Casos como “Las Juanitas”, nos hacen recordar lo difícil que ha sido entender el significado de participación activa y democrática, algo que no suena tan raro, si volteamos a ver que este país, fue el último de América latina, en darle el derecho a votar a la mujer.
Actualmente, de dos mil cuarenta y tres municipios en el país, quinientos cuarenta y uno, son encabezados por mujeres, lo que nos pone a pensar sobre el avance que se ha tenido en igualdad. Pero, justo en los municipios es donde más problemas se han presentado para el acceso y ejercicio de mujeres en su cargo, todo ello, por un tema que hoy, también se puede considerar como victoria a las mujeres, la penalización de la violencia política por razón de género.
Sobre ese tema, en Michoacán, tenemos casos para recordar cómo Maravatio, Purepero, Jiquilpan, en la época reciente, donde la violencia política por razón de género, se hace presente, por los cacicazgos enraizados en estos municipios. La inclusión de la mujer en las labores políticas, ha sido muy lenta, es por ello, que a pesar de tener leyes que ayudan a mantener el orden, tiene que ser el poder judicial, quien de un golpe al escritorio y ordene se haga respetar el derecho político de la mujer que lo solicite.
Conmemorar un día como hoy, es no olvidar que, gracias a la lucha de casi 40 años, se puede ver el reflejo de tener mujeres como Gobernadoras, algo impensable para 1955, además de tener constitucionalmente reconocida la paridad de género en la integración de los poderes ejecutivo y legislativo. La mujer en México, ha tenido oportunidades que no ha dejado pasar, como la participación de candidaturas presidenciales, mismas que no se han concretado, pero han estado presentes en los últimos años.
Decir “que voten las viejas”, sería tomar un vaso de sarcasmo servido por los legisladores de 1953, que no entendían lo que era democracia y prefirieron aprobar ese derecho, pensando que siempre lo podrían controlar. En pleno 2020, falta mucho camino por recorrer a la igualdad. Camino que se tendrá que tomar de manera conjunta, hombre y mujeres, buscando entender la necesidad de colaboración ante las situaciones que se presentan en la sociedad.
El derecho evoluciona, de acuerdo a la evolución que se va dando en el actuar de la ciudadanía. De algo podemos estar seguros, la democracia, también evoluciona y esta cuidada por las autoridades competentes, como los tribunales electorales o los institutos electorales.
3 de julio de 1955, el día que definiría como: “Y votaron las viejas”, en un tono de respeto y admiración, pero además de eso, votaron e hicieron la diferencia y la siguen haciendo.