Académicos de las universidades más prestigiosas del mundo, cuyas investigaciones sobre la salud inciden decisivamente en políticas mundiales, recibieron sobornos de Coca Cola para convencer a millones de seres humanos que consumir el refresco no es tan dañino. Una trama que surgió en 2015, pero se actualizó hace pocas semanas y puso nuevamente a la refresquera en el centro de la polémica. Y mientras tanto, en México cada año miles mueren por consumir el llamado veneno embotellado.
Por Metapolítica
Morelia, Michoacán.- Sobornos a respetables académicos de muchas de las universidades más prestigiosas del mundo, cuyas investigaciones sobre la salud inciden decisivamente en políticas gubernamentales e incluso mundiales.
Eso hizo Coca Cola durante años.
Una trama que involucra la penetración en las más altas esferas económicas y políticas del planeta, a la manera de una conspiración global, para engañar a millones de seres humanos convenciéndolos que tomar Coca Cola no es tan dañino. Digno de una película de espías.
El hecho:
Coca Cola pagó millones de dólares a científicos para que engañaran a la población.
Ese es el resultado de un informe elaborado por los académicos Paulo Serodio, Gary Ruskin, Martin McKee y David Stuckler, de las universidades de Oxford y Bocconi y que contó con el respaldo de instituciones de salud pública en Inglaterra.
Una trama que involucra la penetración en las más altas esferas económicas y políticas del planeta, a la manera de una conspiración global, para engañar a millones de seres humanos convenciéndolos que tomar Coca Cola no es tan dañino. Digno de una película de espías.
La investigación fue publicada en marzo de este año, actualizó información ya exhibida en el 2015 y ya ha acarreado una nueva ola de sospechas sobre la refresquera.
Según los datos, las solicitudes de información (a través de la plataforma de transparencia de Estados Unidos) fueron realizadas en los años 2015–2016 por US Right to Know, un grupo sin fines de lucro de salud pública y de consumo. El grupo obtuvo así 18 mil 030 páginas de correos electrónicos, que abarcan la correspondencia entre Coca-Cola Company y académicos de salud pública de las universidades de West Virginia y de Colorado.
Pero aunque a priori se trata de un problema ocurrido en Estados Unidos con alcance mundial, México tampoco se salva.
Por lo pronto, los detalles de la corruptela mundial ya están a disposición de todos.
ELOGIOS, TEMAS MUNDANOS Y BALONCESTO
En honor a su condición de gran trasnacional, Coca Cola ofreció jugosos dividendos a quienes avalaron sus engaños. Algunos de ellos destinados, incluso, a fortalecer carreras académicas sostenidas durante años.
“Coca-Cola hizo esfuerzos significativos para desviar la atención de su papel como fuente de financiamiento a través de socios de financiamiento diversificados y, en algunos casos, reteniendo información sobre el financiamiento involucrado. También encontramos documentación de que Coca-Cola apoyaba una red de académicos, como una ‘familia de correo electrónico’ que promovía mensajes asociados con su estrategia de relaciones públicas, y buscaba apoyar a esos académicos en el avance de sus carreras y en la construcción de sus instituciones médicas y de salud pública afiliadas”, dice el informe.
Y esa gran familia incluso tenía un nombre: Red Global de Balance Energético (GEBN, por sus siglas en inglés).
En honor a su condición de gran trasnacional, Coca Cola ofreció jugosos dividendos a quienes avalaron sus engaños. Algunos de ellos destinados, incluso, a fortalecer carreras académicas sostenidas durante años.
“En 2015 el New York Times reveló que Coca-Cola financió una red global de científicos, GEBN, aparentemente para desviar la atención de la contribución de las bebidas azucaradas a epidemia de obesidad, en lugar de culpar al ejercicio inadecuado”. Y agrega que esa red se comunicó con la mismísima Organización Mundial de la Salud (OMS) para presionarla.
Lo que sí logró Coca Cola fue incrustarse en las universidades.
Cuatro nombres lo prueban: James Hill, antiguo presidente de GEBN y hoy profesor adjunto de la Universidad de Colorado; Steven Blair, exvicepresidente y profesor titular en el Departamento de Ciencias del Ejercicio y Epidemiología y Bioestadística en la Escuela de Salud Pública Arnold de la Universidad de Carolina del Sur desde 2006; Gregory Hand, profesor de la Universidad de Virginia; y John Peters, profesor de Medicina también de la Universidad de Colorado.
Y para prestarles apoyo, la empresa no dudó en construir una enmarañada fórmula.
“La correspondencia por correo electrónico parecía indicar esfuerzos para minimizar el papel de Coca-Cola como fuente de financiación. Esta incluía mecanismos como la diversificación del número de socios e instituciones, así como buscar formas de evitar divulgando la magnitud del financiamiento de Coca-Cola”.
Lo peor: los académicos sabían perfectamente que estaban cometiendo una falta.
“Ciertamente vamos a tener que revelar este financiamiento de Coca Cola en algún momento. Nuestra preferencia ser tener otros financiadores a bordo primero. Tenemos dos financiadores: Coca Cola y un donante individual anónimo”, dice un correo enviado por John Peters.
Más aún: consciente del fraude, el 6 de febrero de 2015 John Peters envió un correo electrónico a Kathleen Jaynes, directora de Desarrollo del campo médico Anschutz de la Universidad de Colorado, preguntando si la Fundación UC tenía una política “sobre la divulgación del monto de cualquier regalo. No queremos revelar cuánto dio Coca Cola a GEBN”.
En síntesis, durante toda esa época ocurrió un fecundo intercambio de favores, agradecimientos, lisonjas, alabanzas y palmoteos en la espalda entre la comunidad científica y los ejecutivos de Coca Cola.
Más aún: consciente del fraude, el 6 de febrero de 2015 John Peters envió un correo electrónico a Kathleen Jaynes, directora de Desarrollo del campo médico Anschutz de la universidad de Colorado, preguntando si la Fundación UC tenía una política “sobre la divulgación del monto de cualquier regalo. No queremos revelar cuánto dio Coca Cola a GEBN”.
“Los correos electrónicos entre Applebaum (entonces vicepresidente de Coca-Cola) y los académicos involucrados en la investigación financiada por Coca-Cola sugieren una estrategia de construcción de coalición para establecer un grupo muy unido que discuta temas como publicaciones recientes, elogios académicos, conferencias magistrales, discursos, medios de comunicación, baloncesto y otros temas mundanos, con un fuerte espíritu de camaradería y orgullo por su colaboración científica y sus esfuerzos de investigación”, dice el reporte.
De ahí a formar a los líderes de la salud en el mundo solo habría un paso.
“Hand envió un correo a Applebaum el 11 de junio de 2015, explicando cómo Applebaum recibiría una invitación para convertirse en miembro del Comité Visitante de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de West Virginia. Dean Hand consideraba a la organización un gran activo que podría ‘ofrecer una perspectiva única’ al ‘enseñar a la próxima generación de líderes de salud pública’”. ‘
Pero Coca Cola no estuvo sola en su fraude al mundo. El reporte también nombra a empresas como PepsiCo y Nestlé.
La trama es la siguiente: en 2016 la OMS publicó un estudio recordando los daños que genera el consumo de azúcar. Y poco después el Instituto Internacional de Ciencias de la Vida difundió su propio análisis que decía que el estudio de la OMS era poco confiable.
Coca Cola no estuvo sola en su fraude al mundo. El reporte también nombra a empresas como PepsiCo y Nestlé.
El detalle: Instituto Internacional de Ciencias de la Vida fue financiado por Coca Cola, Dr Pepper Snapple Group, Pepsi y Nestlé.
INDUSTRIA DE LA MUERTE EN MÉXICO
Hace apenas dos semanas la senadora morenista Jesusa Rodríguez acusó directamente que “Coca Cola puso en el gobierno a Vicente Fox y debe ser expulsada del país”. Un comentario que de inmediato generó un amplio repudio en las redes sociales.
Pero que tras la renovación de las acusaciones contra la refresquera —millonarios sobornos, tráfico de influencias, corrupción directa—, cobra sentido.
Por lo pronto, las cifras son de muerte.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo económicos (OCDE), México paso de un 25% de población obesa el año 2000 a más de 35% en 2020. Es decir, casi el doble en 20 años. Y para el 2030 la cifra será peor: un 40% de la población será obesa.
“México está al borde de una crisis de salud pública”, dice un reporte del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). “El país tiene una epidemia de obesidad, de acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que estima que en 2030 el 40% de los adultos mexicanos tendrá obesidad, principal factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas. En México, las enfermedades crónicas representan 7 de las 10 principales causas de muerte, las dos más relevantes son diabetes y enfermedades del corazón”.
Pero mientras México muere, Coca Cola Celebra.
“Gracias a las adecuaciones al portafolio, a una distribución más robusta y una mejor cadena de suministro logramos resultados positivos en 2015: nuestro portafolio de refrescos generó un crecimiento de 7.0% en transacciones, además del crecimiento en ventas de 8.7%, lo que arrojó resultados financieros positivos durante el año”, dice el Informe Anual 2015 de FEMSA (fabricante de Coca Cola en México).
Y en el Reporte Anual 2016 la misma empresa se ufanaba de México llegar a 71 millones de personas, tener 854 mil 459 puntos de venta, 17 plantas y 145 centros de distribución de Coca Cola en México.
En mayo del 2019 el portal Reporte Índigo afirmó que “la UNAM alertó hace dos meses sobre la ingesta del popular refresco de Cola, que puede causar sobrepeso, diabetes, cálculos renales, asma, descalificación, anemia, depresión, mala digestión, caries y hasta Alzheimer.
“En su Gaceta, la máxima casa de estudios detalló que la mitad del contenido de la bebida es azúcar y en condiciones normales un ser humano no puede ingerir esta cantidad porque vomitaría. Por ello, se le agregó ácido fosfórico, sustancia dañina que neutraliza el sabor dulce y hace posible beberla”.
Y en julio de este año el portal Sin Embargo aseguró que “la recién discusión puesta en la mesa por el Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, sobre los impactos nocivos que tiene el consumo de bebidas azucaradas, refrescos y alimentos procesados en la salud de las personas, no es difamación para la industria. En estudios citados por la organización Alianza por la Salud Alimentaria se identifica a la Coca-Cola como el producto de mayor impacto en la salud de las poblaciones indígenas del país.
“Coca-Cola ha dañado gravemente la salud de la población mexicana, no es difamación, es evidencia científica”, aseguró la alianza y recordó que “se estima que cada año se asocian al consumo de bebidas azucaradas más de 40 mil muertes en México, las muertes que ha causado la mayor pandemia en 6 meses”.
Lo de los problemas a la salud es un tema ampliamente documentado y exhibido en todo el mundo. Pero ahora Coca Cola agrega el engaño, la corrupción, el soborno y la desidia.
Y mientras tanto, día tras día, Coca Cola sigue envenenando a millones de mexicanos.