Por Héctor Tapia
Para muchos los resultados electorales obtenidos por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en los procesos electorales de Coahuila y de Hidalgo no son sorpresivos; fundamentalmente porque son entidades federativas donde históricamente han tenido dominio político.
Para dimensionar, de manera preliminar, porque todavía no se oficializa, de los 16 distritos en juego en Coahuila, todos los ganó el PRI, de 84 ayuntamientos, en más de 30 la ventaja es para el Revolucionario Institucional.
Sin embargo, también para contextualizar, estos triunfos electorales, más allá de diversos cuestionamientos que han surgido al respecto, se dan luego del descalabro “monumental” que tuvieron en el 2018, donde se relevó la titularidad del gobierno federal, y en ese proceso electoral pegaron los escándalos de corrupción que minaron la administración de Enrique Peña Nieto, así como la que protagonizaron también ex gobernadores de ese partido político.
Si bien, las circunstancias en que se vivieron las elecciones de este año en Coahuila e Hidalgo, son extraordinarias, estas están sirviendo para muchos como la antesala de lo que se vivirá el siguiente año, y para lo cual se tienden ya los acuerdos, las rutas y las estrategias en la recta final de este año.
Estos triunfos han envalentonado al PRI, quien hasta el momento había sido “el gran menospreciado” en el estado, a pesar de que había sido el segundo partido más votado en el proceso electoral del 2018 en Michoacán, si se cuenta de manera individual. Esto, insisto, en medio de la crisis que enfrentó el partido producto de los escándalos de corrupción del gobierno federal pasado.
Aún sigue en la incertidumbre sobre la configuración que tendría un eventual bloque opositor a Morena; todo indica, hasta el momento, que la coalición entre el PRI, PAN y PRD se lograría sólo para la gubernatura, condición impuesta por Acción Nacional; esto ha generado jaloneos, porque en el Revolucionario Institucional pretende que la coalición abarque a otros niveles de candidaturas.
En términos de percepción, las victorias del PRI de este fin de semana les da un segundo aire frente al electorado, y les motiva.
La pregunta surge y es necesaria; esta nueva circunstancia, ¿afectará los términos de las negociaciones con el bloque opositor con el PAN y el PRD?.
Ya lo dijo Jesús Hernández Peña, dirigente del PRI en Michoacán, si no hay coincidencias en Michoacán, no hay temor de ir solos a la contienda. Se habrá de defender el peso que se tiene, asevera.