Oscar Guerrero
Morelia, Michoacán.- Se llama Cristian. Acompañó a un grupo de amigos a la “convivencia cannábica” que se montó este jueves en el corazón de Morelia. No fumó, no le gusta.
Sin embargo, el hecho de estar “en el lugar incorrecto, a la hora incorrecta” fue suficiente para que la Policía Michoacán lo detuviera y llevara a los separos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), a “barandillas”, como se le conoce coloquialmente por los morelianos, al “torito” como le llaman los foráneos.
“Fue una detención ilegal, se los hice saber a los policías que me estaban deteniendo. Pero por su actitud no iban a ceder, y si seguía alegando me iba a ir peor”, comenta Cristian.
Relata que sobre la tarde-noche de ayer -jueves 26 de noviembre- respondió al llamado de un grupo de amigos que asistieron al “fumatón” que diversos colectivos organizaron en las inmediaciones de Plaza de Armas. No podía saber que más tarde terminaría siendo retenido por elementos de la Policía Michoacán.
“Eran como las 7 (19:00 horas) y decidimos ir a cenar. Éramos tres. Desde la Plaza de Armas vimos que una patrulla nos seguía, pero no hicimos caso. Al llegar a los tacos de 2 pesos de ahí de San Francisco, nos interceptaron”, reseña.
Cristian confiesa a Metapolítica que sus amigos sí llevaban marihuana en el bolsillo, pero una porción mínima.
“Era una chorita, ya ni se podía fumar, yo creo”, dice.
Lo que Cristian y sus amigos ignoraban era que, con base en la Ley General de Salud, podían portar más que “una chora”: 5 gramos, para ser precisos. “Una chora” les costó una noche en “barandillas”.
“Adentro nos encontramos con una pareja de esposos. ¡Con una pareja de esposos! Nos dijeron que ellos nada más iban pasando por Plaza de Armas, al igual que yo, y que así, sin deberla ni temerla, los subieron a la patrulla”.
Agresión a periodistas
Al mismo tiempo, sobre Avenida Madero, al menos cuatro uniformados agredieron al fotoperiodista Iván Villanueva, quien buscaba captar el momento exacto en que efectivos de la Policía Michoacán consumaban detenciones sin fundamento.
“El aspecto y edad eran suficientes para que fueras presa de la cacería policial”, condenó Iván.
“No nos dejaban documentar gráficamente las detenciones, porque a todas luces eran ilegales”, agregó.
La agresión a Iván fue factor para que un grupo de periodistas michoacanos pidiera al Gobierno de Michoacán un alto a las agresiones policiales en el cumplimiento de labores reporteriles. La solicitud, hasta el momento, carece de respuesta.
Entre detenciones “ilegales” y una marcada censura periodística, la Secretaría de Seguridad Pública informó que fueron 32 los detenidos por presuntamente haber asistido al “fumatón”, aun cuando muchos negaron haber asistido a dicha concentración cannábica.
