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El órdago de AMLO | Antonio Aguilera

Andrés Manuel López Obrador aterrizó en Nueva York creyendo que todo o casi todo tenía resuelto, que venía en la cresta de la ola y que pocos o casi nadie podría discutir la legitimidad de su aspiración presidencial. Sólo le faltaba el corifeo de los migrantes mexicanos que radican y sobreviven a duras penas en Estados Unidos.
Su estrategia lucía impecable. En un video que subió a sus redes sociales desde el avión que lo trasladaba a la Gran Manzana, era visible el acompañamiento del empresario Alfonso Romo, el tabasqueño hablaba de su agenda: la defensa de los migrantes, reuniones de alto nivel con la ONU y presentar una denuncia en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a demandar al presidente de Estados Unidos por las políticas migratorias “inhumanas” que promueve. Su objetivo era que el POTUS, el empresario-presidente, le revirara y viralizar así su estrategia política. Sin embargo, nada de esto le salió, y sólo se topó con viejos fantasmas de su personalidad: cerrazón y autoritarismo.
AMLO fue a Estados Unidos a jugarse sus cartas, y su órdago, su gran apuesta, era la confirmación de que todos deberían de respaldarlo sin chistar, sin embargo jamás se imaginó que sería abruptamente interrumpido por dos personas, un hombre y una mujer, comenzaron a gritar consignas en contra del dirigente de Regeneración Nacional mientras sostenían pancartas con fotos del ex candidato presidencial con José Luis Abarca, exalcalde de Iguala y responsable de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, y con Ángel Aguirre Rivero, ex gobernador de Guerrero que renunció en 2014, también vinculado a la desaparición de los estudiantes.
“¡Habla de Ayotzinapa!”, “¡Habla de Ayotzinapa!”, increpó el hombre al ex perredista, mientras personal de su staff trataba de evitar la manifestación, el dirigente de Morena reconoció que los manifestantes estaban pidiendo una causa justa.
Sin embargo, preguntó a los presentes: “¿Ahora ya me permiten terminar de leer?”. En respuesta, los agitados espectadores contestaron al unísono que sí. En tanto el tabasqueño intentaba continuar con el mitin, ambos personajes a los que el público no dejaba de señalar como “infiltrados” y “provocadores”, siguieron en su afán por obstaculizar el transcurso normal evento. Lo que obligó a López Obrador a dar por concluido el acto en la ciudad de Nueva York, contra la voluntad general.
Ya en su vehículo, cuando se retiraba del lugar, el quejoso, que después se identificó como Antonio Tizapa, padre de Jorge Antonio Tizapa Legideño, uno de los normalistas desaparecidos, volvió a increpar a AMLO, quien lo acusó de ser un “provocador”, según consta en los videos que circularon en redes sociales.
Estos exabruptos de ambos personajes, de AMLO y del padre de uno de los 43, incendiaron las redes y también pusieron  a trabajar al ejército de trolles de ambos lados, tanto de los AMLO lovers, como de los AMLO haters, tervigersaron a tal grado las imágenes, que al final todo fue confusión.
El líder nacional de Morena intentó seguir su periplo por el vecino país del norte, pero ahora fue la tormenta invernal “Stella” la que impidió que sostuviera una reunión con el comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Al otro día, en donde estuvo sorpresivamente acompañado por el ex gobernador Lázaro Cárdenas Batel, López Obrador acudió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), donde entregó la denuncia suscrita con firmas de mexicanos para pedir la intervención de la comunidad mundial contra la política migratoria de Donald Trump.
Al final de ese recorrido, sostuvo un encuentro con medios de comunicación de aquel país, en donde insistió que Antonio Tizapa fue a provocarlo. Su recorrido generó reacciones en México, no así en Estados Unidos, pero también sirvió para entregarles a sus adversarios oro molido que sabrán explotar a placer cuando se acerquen los tiempos electorales.
Todos los expertos recuerdan que una situación similar vivió en 2006, cuando también venía con una fuerte ventaja, que luego se achicó hasta el empate técnico. Por ese mismo motivo, en su equipo reconocen que “aprendió de sus errores” y ahora recibe a empresarios, además de mostrar un discurso menos agresivo con la prensa o con militantes de base de otros partidos.
Pero no todo es miel sobre hojuelas: López Obrador ha sufrido un pequeño pero abrupto despertar, ya que no todos los mexicanos lo respaldan y que la carrera por la banda presidencial será tan difícil como las que ya le tocó enfrentar en 2006 y 2012. Asimismo, también exhibió ese talante autoritario, monolítico y vertical que lo ha caracterizado y del cual ya no puede desprenderse.
@gaaelico

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