El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, ha advertido a Rusia que debe elegir entre alinearse con Estados Unidos o seguir apoyando al presidente sirio, Bachar el Asad, junto con Irán y Hezbolá. Washington, ha dicho Tillerson en el marco de la reunión del G7 de Asuntos Exteriores en la localidad italiana de Lucca, “espera” la salida de El Asad. “Esperamos que el Gobierno ruso determine que se han aliado con un socio no fiable como Bachar el Asad”, ha dicho el responsable de política exterior de Donald Trump, que endurece así su postura sobre el presidente Sirio y se alinea con la de otros miembros del Gabinete republicano que, como la embajadora ante la ONU, Nikky Haley, han exigido que El Asad abandone el poder en Siria.
“Está claro para todos nosotros que el reinado de El Asad y familia está llegando a su fin”, ha declarado el secretario de Estado de EEUU solo un par de horas antes de emprender su viaje hacia Moscú, donde empieza una visita clave para las relaciones de su país con Rusia. Una postura en la que ha coincidido con el ministro francés, Jean-Marc Ayrault.
La guerra de Siria era el tema primordial de la cumbre, a la que Reino Unido acudía con la intención de plantear la posibilidad de imponer sanciones a Rusia y Siria después del ataque con armas químicas contra población civil en Jan Sheijun que el pasado 4 de abril acabó con la vida de 86 personas y del que Estados Unidos y las potencias occidentales responsabilizan al régimen de El Asad. Finalmente no hubo acuerdo sobre la imposición de sanciones y la postura común fue apostar por una solución política para el país, llamar a Rusia a colaborar y condenar los ataques. El G7 cerró filas, además, en torno a EEUU y su intervención a través del bombardeo de una base militar del régimen. “Fue una respuesta cuidadosamente calibrada y de alcance limitado a este crimen de guerra”, dice el comunicado, “para prevenir y disuadir de la proliferación y el uso de armas químicas mortales”.
Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha asegurado este martes en Moscú que los rebeldes preparan “nuevas provocaciones” con agentes químicos. En rueda de prensa junto al presidente italiano, Sergio Mattarella, Putin ha afirmado que Rusia tiene “información de diferentes fuentes de que similares provocaciones se preparan en otras regiones de Siria, incluso en la periferia de Damasco”. “Se proponen colocar algún tipo de sustancia y culpar de su uso a las autoridades sirias”, ha agregado el presidente ruso poco antes de que aterrizase Rex Tillerson en Moscú. “Tenemos intención de dirigirnos oficialmente a las correspondientes estructuras de la ONU en La Haya y llamar a la comunidad internacional a investigar detenidamente esos casos”, ha dicho Putin.
Las sanciones, no obstante, no están totalmente descartadas hasta que no concluya la investigación de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), ha apuntado el representante de la diplomacia británica, Boris Johnson. “Habrá una investigación sobre lo que pasó exactamente. Después de eso, por supuesto, siempre que podamos descubrir a los culpables, sean sirios o rusos apoyando a los sirios, desde mi punto de vista es totalmente apropiado decir que deberían afrontar sanciones económicas o de otro tipo. Esto es algo que tuvo un alto grado de aceptación en las reuniones, pero hay que hacerlo en el modo legal adecuado”, ha dicho en declaraciones a Sky News.
Los siete países —EE UU, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Japón y Canadá— han condenado “los asedios en todo el país, el hambre y el bombardeo de civiles, los numerosos ataques a instalaciones y personal médico y las violaciones del derecho internacional humanitario por todas las partes, en particular por el régimen” y han recalcado la importancia de erradicar el terrorismo del autodenominado Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés).
Con este fin, realizan un llamamiento “a todas las partes, en particular al régimen y a sus partidarios, entre ellos Rusia e Irán, a permitir una asistencia humanitaria sostenible, sin obstáculos y adecuada para todas las personas necesitadas”. Tras reconocer que “el pueblo sirio ha sufrido el más tremendo sufrimiento y no se deben escatimar esfuerzos para poner fin al conflicto”, sostienen que no es posible emprender pasos sin “una transición política creíble”.
En el documento con las conclusiones de las reuniones celebradas el lunes y el martes, los representantes de Exteriores reconocen que Rusia tiene un papel muy importante que desempeñar y le piden que utilice “su influencia en el régimen para poner fin al conflicto”, con un “verdadero alto el fuego y un mejor acceso humanitario”, así como “participando seriamente en el proceso político dirigido por la ONU”. “Si Rusia está dispuesta a utilizar su influencia estamos dispuestos a trabajar juntos para resolver el conflicto de Siria, persiguiendo una solución política y contribuyendo a la estabilización y la reconstrucción”, afirman los miembros del G7.
Tillerson ha recalcado que no está claro si Rusia ha fallado en sus obligaciones en Siria o es que no se las ha tomado en serio. Sin embargo, “eso no les importa mucho a los muertos”, ha declarado, recalcando que un ataque químico como el de la pasada semana es algo que no puede volver a suceder. “No podemos dejar que pase de nuevo”.
Vía El País