Para muchos es un plan maestro para posicionar al PRI como un partido que efectivamente combate a la corrupción. No es lo que se piensa en un convulsionado cuarto de guerra de Alfredo Del Mazo. Con sus equipos en crisis, repleto de caciques y pocos soldados, el tricolor en el Estado de México podría sentir el impacto de la detención de una de sus principales figuras de “renovación”.
Hay que recordar que Javier Duarte formó parte de esta nueva generación de priistas que venían a demostrar que el mote de “dinosaurios” era una simple acusación electorera. En ese grupo estaba también Enrique Peña Nieto, César Duarte, Roberto Borge y Rodrigo Medina. Sólo Peña Nieto tuvo un final feliz en su mandato como gobernador. El resto es perseguido por la Justicia.
En Los Pinos están convencidos que la detención de Tomás Yarrington y Javier Duarte son un espaldarazo a la administración de Raúl Cervantes al frente de la PGR. LPO explicó que estos operativos eran el corazón de su estrategia para poder doblegar a la oposición y convertirse así en el nuevo Fiscal General por los próximos nueve años.
Creen también que es una buena noticia para Enrique Ochoa, el presidente del PRI que estableció al combate a la corrupción como su emblema de gestión. Ahí están los procesos para suspender y echar del partido a los gobernadores que pocos años atrás eran aliados clave.
Pero por estas horas, en el Estado de México están haciendo una lectura opuesta. Del Mazo ya tuvo que responder en varias entrevistas y conferencias de prensa por su vínculo con Duarte. Aunque se haya intentado ligarlo a AMLO -por la presunta ayuda en las elecciones de 2016-, nadie se olvida que el veracruzano es priista.
“No hay una relación de amistad, fue una relación institucional como director del banco, es decir, director de Banobras, me corresponde trabajar con todos los gobernadores del país y en ese momento él era gobernador”, respondió hoy Del Mazo frente a la insistencia de la prensa.
El primo del presidente tiene fotos abrazado con Duarte, celebrando como Director General del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) la entrega de recursos al entonces gobernador.
En efecto, Del Mazo dio 794 millones de pesos para 45 municipios de Veracruz para “desarrollar, ampliar o modernizar obras de infraestructura social”. Un dato de color: hoy los municipios siguen negociando con el panista Miguel Ángel Yunes Linaes para que se les abone la deuda que dejó Duarte.
La captura de Duarte pondrá al tema de la corrupción en primera plana durante días, acaso semanas. Es que el proceso de extradición y el avance de la causa no será automático. “Le dieron temas a Josefina y a Delfina. Ellas ahora intentarán explotar ese lazo”, se quejó ante LPO un militante del tricolor desde Toluca.
La vinculación del tema corrupción con el PRI es alarmante. Así lo marcan los sondeos de los últimos años. En ejemplo: el “corruptómetro” elaborado por Opciona y Votia muestra que el partido más vinculado por la ciudadanía con hechos de corrución es justamente el PRI. Un 83% lo afirma y sólo un 14% cree que es un partido honesto.
Estos datos se combinan además con un fuerte resistencia que empieza a crecer en el Edomex: en varios sondeos se observa que un 70% afirma que no votará al PRI. Se empieza a consolidar así una mayoría que optaría por las opciones de la oposición. “Cuánto más se hable de los gobernadores corruptos del PRI, más difícil la tendremos”, concluyen desde Toluca.
Vía LPO