Metapolítica
Morelia, Michoacán.- No hay dos análisis distintos: la derecha chilena sufrió un descalabro histórico.
Y los independientes, compuestos por cuadros poco organizados cuya única característica común es el repudio a la clase política tradicional, fueron los grandes ganadores.
La jornada electoral de Chile, inéditamente realizada en dos días distintos (sábado y domingo) y que contó con poca participación, consolidó a los independientes como la primera mayoría de los 155 delegados constituyentes a elegir.
El mensaje: cero confianza en los partidos políticos y el respaldo total a terminar con el modelo neoliberal.
El resultado cobra inmenso valor, dado que para muchos analistas chilenos se trata de la elección más importante de su historia, aquella que por primera vez permitirá a la ciudadanía elaborar real e íntegramente la Constitución que los regirá durante las próximas décadas, tras la traumática Constitución de 1980 promulgada en medio de fraudes durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Y había riesgos. El pacto que dio origen a la posibilidad de una asamblea constitucional, fue vigilado por la derecha política —la gran perdedora de la jornada— e implicaba que con un tercio de los 155 escaños cualquier grupo podía bloquear las propuestas del resto.
Sin embargo, la derecha nominal alcanzó solo 37 escaños —muy lejos de los 52 que implican un tercio—, por lo cual muchos analistas especulan que su rol en la Convención Constituyente será netamente testimonial.
También hubo elección de gobernadores —una figura antes inexistente— y el descalabro fue el mismo. El oficialismo aparecía derrotado en las 16 de las 17 regiones del país.
El candidato presidencial Mario Desbordes, del partido oficialista Renovación Nacional (aunque considerado demasiado condescendiente por la derecha dura del país), admitió la derrota sin tapujos.
“No hay duda que estamos viviendo una derrota transversal que nos tiene que hacer reflexionar. No hemos sido capaces de interpretar a la mayoría ciudadana que está pidiendo cambios, que se movilizó”.
Incluso el propio presidente Sebastián Piñera, quien desde el 18 de octubre del 2019 —fecha de inicio de la movilización social que decantó en esta elección— ha sufrido históricos niveles de desaprobación y que para muchos representa todos los vicios del sistema político que se intentará reformar, debió reconocer la derrota.
“No estamos sintonizando com los anhelos de la ciudadanía”, afirmó.
Pero la derecha no es la única que quedó en el suelo. También lo están los integrantes de la exconcertación, la coalición de centro izquierda que gobernó a Chile durante 30 años. También resultaron arrasados en las candidaturas de candidatos a constituyentes.
La analista Lucía Dammert, cientista política de la Universidad de Santiago, dijo que “hoy votó Chile en contra de los partidos tradicionales, a favor de muchos liderazgos de mujer y de independientes, a favor de una renovación importante de la política”.
