Por Héctor Tapia
Los aliados electorales del PRD, el PAN y el PRI, han dejado solo a Silvano Aureoles en su cruzada.
Aunque Aureoles Conejo ha insistido en que su reciente campaña mediática por señalar la presunta intromisión de la delincuencia organizada en las elecciones del 6 de junio pasado no obedecen a motivaciones electorales, hacia afuera existe esa plena percepción de que su reacción es porque el Carlos Herrera Tello no ganó la contienda.
Esa campaña que inició desde un medio nacional, luego -días después- ante los medios de comunicación locales, posteriormente frente a Palacio Nacional, donde pidió audiencia con el presidente Andrés Manuel López Obrador, otra vez acompañado de la viralización mediática producto del show que montó, la emprendió solo.
Ciertamente el equipo jurídico del Equipo por Michoacán, que conjuntó a los tres partidos, ha referido la misma denuncia que viene presentando el mandatario michoacano, sin embargo, no han tenido el mismo efecto ni impacto.
En este inter de denuncias mediáticas planteadas por Silvano Aureoles sólo la dirigencia nacional del PRD, partido del que forma parte, salió a respaldarle en sus dichos, y replicantes también el partido en lo local repitió los mismos argumentos en señal de respaldo para multiplicar la voz al respecto.
Sin embargo, ni el PAN ni el PRI se han lanzado a respaldar de la misma forma esta campaña emprendida por el todavía gobernador michoacano. Sus aliados políticos han hecho mutis ante la ruta o show que ha montado.
En su cruzada ya adelantó que la próxima semana, para que estén pendientes, acudirá a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a llevar los elementos que dice sustentan sus dichos de la supuesta intromisión delincuencial en la jornada electoral, elementos que no le quiso recibir el presidente de México.
El mismo López Obrador desde la mañanera lo dijo claro, las instancias son las Fiscalías y los mismos organismos electorales y que no era él; y con ello lo bateó ante el berrinche montado en la puerta de Palacio Nacional.
Y ahora, de nueva cuenta, se vuelve a brincar la fase procedimental. Va directo a la SCJN, que es la última instancia a la que se recurre en un proceso judicial.
Pero, en esta ruta, llama la atención de forma poderosa que si bien tanto el PRI como el PAN cuestionaron en su momento, de manera institucional, la elección, muy recién pasó la jornada electiva, en las últimas semanas no se ha visto un acompañamiento siquiera discursivo al gobernador michoacano.
Incluso, el propio Carlos Herrera Tello, quien se ha limitado a señalar que la ruta jurídica se sigue y que se respetará lo que definan los tribunales electorales al respecto, pero no se ha pronunciado de manera firme sobre la campaña emprendida por el jefe del Ejecutivo del Estado, el primer perredista del último estado gobernado por ese partido.
La lectura que se tiene es que Silvano Aureoles es el único que ha tomado la bandera de minar, de restar legitimidad, de dejar cuestionada a la eventual nueva administración estatal, y en esta ruta cuenta apenas con el respaldo de un PRD que quedó disminuido tras la contienda, alcanzó apenas un cuarto lugar en votación tomando en cuenta los votos por partido en lo individual.
Sí, a Silvano se le observa solo. Tal como se vio en la foto que se le tomó frente a Palacio Nacional. Avanza, así se lee, sin respaldo de otras fuerzas políticas opositoras al presidente. Aun se desconoce el fondo de su estrategia, así como si esta tendrá efectividad.