Metapolítica
Morelia, Michoacán.- Rostros preocupados que buscan qué comprar para comer de un lado y militares atentos del otro matizan el clima de tensión en el cruce fronterizo de Mal Paso, una hora al este de la capital haitiana Puerto Príncipe y a cinco de Santo Domingo.
Tras el asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse el gobierno dominicano dispuso el cierre por tiempo indefinido de la frontera marítima y terrestre con Haití debido al clima de inestabilidad social y política en esa nación.
Esto ha provocado que camiones con productos que los haitianos tienen que comprar porque no los producen se mantengan esperando la reapertura de la frontera.
Decenas de camiones cargados de plátano, arroz, conservas y bebidas aguardaban ir desde República Dominicana hacia Haití, se observó en los diferentes puestos fronterizos.
A su vez, cientos de haitianos que se encontraban en República Dominicana comprando productos para comercializarlos en su país esperaban desesperados la reapertura de la frontera.
Ciudadanos del país más pobre de América cargaban ansiosos en canastos y carretas los alimentos y artículos que adquieren en el acostumbrado mercado binacional.
Equipos tácticos de la Fuerza Aérea y el Ejército dominicano se mantenían en alerta y a la espera de los dominicanos que comenzaron a retornar a su país la mañana del jueves presuntamente con la escolta del servicio diplomático de Haití.
La presidenta de la Asociación Dominicana de Exportadores (Adoexpo), Elizabeth Mena, expresó su preocupación por las severas repercusiones que el cierre fronterizo generará en la economía dominicana.
“Tenemos aquí los vehículos militares y oficiales y cualquier contingencia estamos preparados para asistir”, dijo a The Associated Press el funcionario de control migratorio Guacanagarix Trinidad y Trinidad.
Tras una reunión entre el presidente dominicano Luis Abinader y sus altos mandos militares se dispuso el cierre total de la frontera dominico-haitiana y el reforzamiento del patrullaje en puntos estratégicos ante cualquier concentración en la zona o flujo masivo de haitianos que pueda producirse.
“Yo lo que tengo en Haití es un restaurante, no sé nada de política. Ahora mismo estoy triste porque mi esposo no pudo pasar para acá”, dijo a The Associated Press una comerciante dominicana en Haití al llegar a su país.
Otra persona señaló que “el país está detenido totalmente, no podíamos salir”.
Tras el asesinato de Moïse las autoridades dominicanas decidieron cerrar la frontera con su segundo socio comercial y prohibieron la entrada de todos los extranjeros que vengan desde ese país ante la sospecha de que los asesinos del mandatario haitiano intenten escapar hacia República Dominicana.
Con información de AP